Cecy Rendón
Nadie puede predecir el futuro, pero si podemos prepararnos para él. El término “Low Touch Economy” o Economía de Bajo Contacto será parte fundamental de la “nueva normalidad” no solo en México, sino a nivel mundial.
Los efectos de las regulaciones respecto al distanciamiento social, las cuarentenas, las restricciones para todo tipo de viajes y movilidad y especialmente las normas de higiene que serán impuestas tendrán un importante impacto en la economía y en la operación de los negocios.
Día con día, las personas están sintiendo con más intensidad los efectos de la cuarentena. Entre más tiempo pase, más graves serán los impactos que tendrán en la gente. Para prepararnos y prevenir el futuro, y, sobre todo, para poder adaptar nuestros negocios, productos, servicios y empleos debemos de tomar en cuenta los impactos que esta pandemia tendrá en los comportamientos sociales.
1. Precauciones en el contacto físico. En cualquier ambiente fuera de casa, las personas tratarán de evitar el contacto físico, especialmente con desconocidos. La distancia física será uno de los factores claves a tomar en cuenta.
2. Incomodidad en espacios cerrados. Todo lo que pueda adaptarse a espacios abiertos, o con buena ventilación, tendrá una importante ventaja. Consciente e inconscientemente, las personas van a preferir los espacios al aire libre para todas las actividades en las que les sea posible.
3. Rechazo a grupos grandes. Todo lo que implique grandes cantidades de personas será mayormente evitado por la gente. Al menos en los formatos tradicionales. Las industrias que dependan de números masivos deberán buscar formas alternativas de operación, rediseñar las experiencias, y tener cuidado especial con las nuevas normas de higiene.
4. Cambio hacia lo remoto y digital. Todo lo que pueda hacerse desde casa, a distancia, por computadora o de forma digital será bienvenido. El uso de la tecnología y la creatividad jugarán un papel determinante en esta economía de bajo contacto. Y quienes lo aprovechen también ganarán una interesante porción del mercado, adelantando a quienes se nieguen a evolucionar.
La gente, los consumidores, tendrán una marcada tendencia hacia estos comportamientos. Adaptarnos a ellos, y adaptar nuestros negocios, marcará una clara ventaja y una recuperación económica más rápida.