Su abuela le enseñó a bordar a los 8 años, lo básico. Pero lo dejó al entrar a secundaria dejando olvidado algo que ahora es su forma de vida, porque desde hace seis años pudo volver a esos bordados, pero cambió la tela por la piel.
Fernanda Ramírez, oriunda de Morelos y con 30 años de edad, no pensó en los tatuajes como algo para trabajar y que se relacionara con sus raíces, que la han mantenido en México y Estados Unidos.
El tatuaje estilo bordado es lo que ha hecho famosa a la artista, quien ha impregnado la piel de paisanos y extranjeros con colores vivos del bordado mexicano.
El encierro por la contingencia sanitaria ha sido frustrante para ella al no poder tatuar, pero sabe que debe cuidarse y procurar a sus clientes. La también psicóloga se dedica a estudiar la arteterapia, una manera en que las personas que no pueden expresar verbalmente una situación lo hagan a través de la escultura, pintura, el canto, la música.
En el caso de Fernanda está enfocada a la pintura, que no necesariamente ofrece al hacer un tatuaje, aunque no puede evitar un poco de ella durante la sesión. Mientras realiza su trabajo oye muchas historias como el significado que las personas dan a los diseños.
Fernanda recuerda que hace poco hizo un colibrí relacionado con la pérdida de varios bebés. Actualmente radica en Estados Unidos, donde viaja a diferentes ciudades, pero también busca sus raíces en nuestro país, en especial para las fiestas decembrinas, pero desafortunadamente la contingencia cambió sus planes y prefiere agendar a corto plazo. Antes de despedirse, agradece la preferencia del público.