Dolor de cabeza, fiebre, fatiga, tos seca y dolor de cuerpo son los síntomas más comunes que comparte el COVID-19 con la influenza, que en esta temporada de frío afecta a la población.
Es difícil distinguir entre ambas enfermedades basándose solo en los síntomas y es necesario una prueba de detección para confirmar el diagnóstico.
Los cambios de temperatura bruscos, a consecuencia del frío o el calor, pueden provocar la aparición de enfermedades respiratorias como influenza, faringitis, amigdalitis, neumonías y bronconeumonías, por lo que es necesario que en temporada de frío se cuide uno más la salud.
Las infecciones respiratorias agudas son dolencias que afectan oídos, nariz, garganta pulmones y generalmente se autolimitan, es decir, no requieres de antibióticos para curarlas y no suelen durar más de 15 días, de acuerdo con información de la Secretaría de Salud estatal.
Eduardo Enrique López Villalobos, responsable del Área de Urgencias Médico-Quirúrgicas de la UPAEP, señaló que en esta temporada la influenza estacional es la enfermedad respiratoria a la que más atención se le tiene que poner, debido a que comienza el periodo en que aumentan los contagios.
Recomendó no automedicarse ante los primeros síntomas y optar por acudir al médico, para tener un buen diagnóstico de si es influenza o coronavirus, ya que de no tratarse pueden ocurrir complicaciones y en casos extremos la muerte.
López Villalobos señaló que las medidas de prevención ante la influeza son las mismas a las del coronavirus como es el lavado de manos constante, uso de cubrebocas, gel antibacterial y alimentación balanceada, con alto contenido de vitamina C para reforzar el sistema inmune, así como evitar cambios de temperatura bruscos.
INCERTIDUMBRE
Elizabeth Marín Rosales relató a Crónica de Puebla que empezó a sentirse muy cansada durante el día, no tenía problemas para respirar, pero tenía dolor de garganta y cabeza. No se alarmó al considerar que se estaba cuidando en la pandemmia, pero muy en el fondo tenía miedo.
“Pensé primero que era una gripa, luego recordé que son síntomas similares al coronavirus y me espanté”, recordó.
Aunque cuenta con seguro social, Elizabeth tenía miedo de ir a su centro de salud, al no saber si era seguro o no ir en medio de la crisis sanitaria.
En el tercer día tuvo fiebre, por lo que fue con un médico particular, que cobró 500 pesos la consulta. El doctor realizó las preguntas de rutina en esta nueva normalidad: ¿ha tenido contacto con alguien que sepa que tiene coronavirus?, ¿tiene algún otro malestar como pérdida del olfato o sabor? y ¿tiene problemas para respirar?
El médico la revisó y dio el diagnóstico: faringitis aguda, reposo y antibióticos serían la solución. Emitió receta que costó 400 pesos y la envió a casa más tranquila al no tener COVID-19.
A vacunar
Debido a la pandemia de COVID-19, reducir la propagación de las enfermedades respiratorias –como la influenza, durante este otoño e invierno– es más importante que nunca. Deben vacunarse adultos mayores, niños pequeños y las personas con enfermedades crónicas, pues corren riesgo de presentar complicaciones que pueden ser letales.