Con apenas unas cobijas como escudo –en el mejor de los casos–, decenas de personas en situación de calle se enfrentan a las frías madrugadas, que en las semanas provocaron tres deceso por hipotermia.
Hasta 75 por ciento de los que viven en las calles de la capital poblana rechazan la opción de acudir al albergue municipal.
El resquicio en una puerta, alguna banca de jardín o cualquier lugar en que los sorprende la noche son los lugares habituales de estas personas, principalmente en los barrios de San Francisco, El Alto, San Antonio, La Luz, Centro Histórico, El Mirador y Lomas de San Miguel, de acuerdo con un mapeo del DIF y Protección Civil municipal.
Cada noche, de septiembre a octubre, 35 personas acudieron al dormitorio municipal y en noviembre la cifra se duplicó a 70, sobre todo por las fuertes ráfagas de viento de los últimos días y el descenso de temperaturas.
De acuerdo con los últimos cinco recorridos del DIF municipal, se identificaron 22 personas que dormían en la calle, pero una cuarta parte accedió a acudir al dormitorio, mientras que otros por estar bajo los influjos del alcohol o sustancias desconocidas son descartados, al igual que aquellos con enfermedades mentales, ya que pueden representar un riesgo a los albergados.
EN EL OLVIDO
El último estudio sobre personas en situación de calle que hizo el ayuntamiento de Puebla fue en 2013.
Se ubicó a 616 indigentes, 22.4% indicó haber sufrido algún tipo de maltrato o explotación y 36.7% desconocía a las dependencias públicas o privadas a las cuales acudir para recibir apoyo o acompañamiento.
No se tienen documentos o estudios recientes hechos por instancias gubernamentales que ayuden a conocer la situación de este sector y generen políticas públicas, que ayuden a mitigar el número de personas que viven en las calles de la ciudad.
MUEREN TRES EN EL ÚLTIMO BIMESTRE
Las bajas temperaturas y las condiciones precarias en las que estás personas viven cobraron la vida de 33 personas en situación de calle de enero a octubre de este año. En el último bimestre fueron hallados tres personas, fechas que coinciden con el cambio de clima.
El 30 de septiembre fue hallada una persona que falleció por broncoaspiración e hipotermia, en una banca del parque de la colonia Santa Anita, en la capital poblana.
El 12 de octubre hallaron dos cadáveres en la capital poblana. Uno en las calles de Héroes de Nacozari y 15 Norte, en La Cuchilla, y el otro a un costado de la autopista México-Puebla.
De acuerdo con un recuento periodístico de fallecimientos de personas en situación de calle, elaborado por Crónica Puebla, solamente en dos casos la víctima era mujer, además en la mayoría de los incidentes la persona falleció por hipotermia, por dormir a la intemperie.
URGEN POLÍTICAS PÚBLICAS
Si las personas en situación de calle no desean acudir a los espacios gubernamentales o no se acercan a las instalaciones, es debido a que no se cuentan con las políticas públicas adecuadas que encajen o ayuden a subsanar sus carencias, por lo que es necesario replantear las existentes o crear nuevas.
Víctor Manuel Caballero Solano, director de la Facultad de Medicina de la UPAEP, indicó que este sector de la población de la entidad es extremadamente vulnerable a las enfermedades, debido a que no tienen la alimentación adecuada, haciéndolos más susceptibles a los cambios de temperatura.
“Son un grupo vulnerable que debe ser atendido, que debe ser vigilado en términos de salud, en términos de calidad de vida, no deben de seguir viéndose como un grupo abandonado”, argumentó.
Caballero Solano sostuvo que dentro de este sector vulnerable los niños y las mujeres lo son aún más, puesto que los menores de edad necesitan atención y cuidados durante su crecimiento, por lo que exponerlos en calles y cruceros a vender dulces o pedir dinero, los pone en otro nivel de vulnerabilidad.
Caballero Solano hizo hincapié en que las autoridades correspondientes deben de tener una vigilancia constante en este sector de la población, debido a que ellos también tienen el derecho a una atención médica y a una vida digna, puesto que merecen ser tratados por todos con dignidad y se les deben de proporcionar las herramientas necesarias para salir de esta situación.