Guadalupe Juárez
La pandemia por COVID-19 no ha frenado la expulsión de migrantes poblanos menores de edad de Estados Unidos.
A partir de marzo del año pasado –cuando se registraron los primeros casos de contagio en México– y hasta noviembre, en promedio, cada dos días tres niños, niñas y adolescentes fueron repatriados al país.
De ellos, 70% regresaron solos, de acuerdo con datos de la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas de la Secretaría de Gobernación (Segob).
De enero –que comenzó la pandemia en Estados Unidos– a noviembre de 2020, en total 520 menores migrantes poblanos volvieron al país; el mes con más expulsiones fue octubre con 67.
Ocho de cada 10 menores de edad migrantes repatriados son hombres.
Por el número de repatriaciones de niñas, niños y adolescentes migrantes desde el país estadounidense a México, la entidad poblana ocupa el sexto lugar nacional, por debajo de Guanajuato, Guerrero, Michoacán, Oaxaca y Tamaulipas.
Para los migrantes –sobre todo los niños– que retornan a México, regresar es un “fracaso” y la frustración al “sueño americano”, según consigna el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, Óscar Hernández, en el estudio Riesgos en la migración irregular de menores mexicanos en Estados Unidos.
El investigador asegura que, la mayoría de los menores que logran cruzar la frontera –entre ellos originarios de Puebla– cuando son detenidos y repatriados, sufren violaciones a sus derechos humanos.
RECONOCE SACRIFICIO
El gobernador Miguel Barbosa reconoció el sacrificio que hacen los migrantes en Estados Unidos al enviar las remesas, que servirán para reactivar la economía, tras la contingencia sanitaria por COVID-19.