Lic. Guillermo Pacheco Pulido / Es relativo
Podemos afirmar que para leer y entender a ciertos autores, en cuanto al contenido de sus obras, así como los mensajes que envían y para comprender la actitud u omisión de esos autores, se requiere tener conocimientos científicos especiales en materia mental.
Se necesita tener un sentido común firme, claro, entendiendo que el sentido común es la verdad misma; que cuando se exagera o minimiza un pensamiento, desaparece la capacidad de nuestra razón.
Por ejemplo, saber que la psiquiatría se ejerce por una persona que estudia medicina y, además, se especializa en tratar enfermedades mentales como la esquizofrenia, la depresión, los trastornos bipolares, producto todo ello de desvariaciones mentales que provocan alucinaciones y ver lo que no existe.
Saber que existe la psicología clínica a partir de estudios especiales sobre dicho tema y luego la realización de especialidades sobre salud mental.
Participa en esos temas hasta la sociología, porque hay que conocer, por ejemplo, el medio ambiente donde se ha desarrollado la persona que presenta los cuadros de problemas mentales.
A veces los detectives e investigadores estudian estas áreas para sus investigaciones delincuenciales.
Esto se manifiesta más cuando el delincuente es un psicópata, como en el caso de los “asesinos seriales” o los denominados magnicidas. Existe especialmente la medicina forense para los casos anteriores, de los que en México ha habido trascendentes asuntos.
Hay criminólogos en el mundo y en nuestro país que han dejado inmensos ejemplos y estudios sobre estas importantes materias.
El criminólogo es la persona que además de investigar estudia los casos y circunstancias en que se producen esos delitos. Estudia la personalidad de los criminales y establece políticas públicas para el combate de esos delitos.
El personaje que en una novela es señalado como autor de delitos, como el asesinato, debe observarse si esa persona estuvo consciente del acto que ejecutó y sus efectos, de su responsabilidad personal, del odio, del pánico, del miedo, se deben conocer los motivos de su pensar anómalo y actuar absurdo y contradictorio.
Son estos temas de los psiquiatras y psicólogos y además deben determinar si el delincuente es un esquizofrénico, cuya forma de pensar y actuar está dirigida hacia la vida interior más que hacia el mundo externo de la sociedad. En todo esto se necesita el sentido común para construir razonamientos válidos.
El delincuente se encuentra separado de sí mismo y su propia realidad, eso hace que pierda la capacidad de analizar su propia conducta, de razonar sus propios pensamientos dentro del sentido común; pierde la capacidad de analizar en general, afloran sus deficiencias mentales; hay desequilibrios, a veces exagera el mismo su propia personalidad para justificar su actitud ilícita; se vuelve y actúa como neurótico, un psicópata y se crea un estado de psicosis.
Su supuesto valor lo hace caer en la paranoia de “todos me persiguen”, en cualquier caso siempre hay un desequilibrio mental, a veces oculto hasta que brota al realizar actos ilícitos, sobre todo en materia penal.
Todo lo anterior son temas humanos muy amplios, pero que muchos autores de literatura de antes, los utilizan para crear sus personajes y encauzar el ideal de sus obras.
Crimen y castigo es una clásica novela en la que su desarrollo está vinculado a temas de psiquiatría, psicología y sociología, obra escrita por uno de los más grandes escritores Fiódor Dostoyevski, obra publicada en una revista denominada El Mensajero, en 1866.
Es una novela de drama, policíaca filosófica con la esencia y dimensiones psicológicas y psiquiátricas ya señaladas.
El protagonista es el joven estudiante Radion Raskolnikov, quién se puede analizar dentro del campo “mentes criminales”, en el cual se estima que el delito es normalmente aceptable y justificado. Radion estudia en la capital de la Rusia Imperial, San Petersburgo, pero su familia no puede pagar sus estudios por razones de pobreza.
Radion necesita dinero y planea matar a la usurera, que es una persona de avanzada edad. Mata a la usurera y a la hermana de ésta, que había presenciado el homicidio. Nadie sabía que el homicida había sido Radion.
Radion era altanero, con lógicos aires de grandeza, se cree merecedor de un gran futuro; cree que la sociedad se halla dividida en dos tipos de seres humanos: aquellos superiores, que tienen derecho a cometer crímenes por el bienestar de la sociedad, y aquellos inferiores, que deben estar sometidos a las leyes… “argumentos para análisis psicológicos y psiquiátricos”.
Radion piensa que hizo bien con asesinar a la usurera, porque considera que era un ser inútil a la sociedad y los inútiles no deben vivir.
La narrativa es muy interesante por la descripción de lo que piensan y hacen cada uno de los personajes mencionados en la novela, por la propia interpretación de los personajes, cuyas conductas caen en los temas psicológicos y psiquiátricos.
Finalmente, confiesa Radion ser el autor del doble homicidio y si le condena a prisión en Siberia. Realmente su castigo partió de su conciencia, de su angustia que lo llevaron al arrepentimiento. Pienso que, por otro lado, la vida del autor de la novela forma parte de sus novelas en general porque Dostoyevski vivió en la miseria, con la enfermedad de la epilepsia, desequilibrado moralmente por ello; encarcelado por complicarse en una conspiración y condenado a muerte; ya en el momento en que va a ser ahorcado, se le conmuta la pena por la deportación a Siberia, presidio en el que permanece.
Su vida personal es de sufrimiento, se casa con una mujer que padece tuberculosis. Al morir ella se casa con Anna Grigórievna, quién lo protege. Se dice que la vida de Dostoyevski es la más singular y novelesca que ha tenido escritor alguno.
Fue tal su espléndida literatura que a sus funerales, a nivel nacional, asistieron representantes de todas las clases sociales y legisladores de todo el país. Fiódor dijo que “el secreto de la existencia no consiste solamente en vivir, sino en saber para qué se vive”.
“Hay que querer hasta el extremo de alcanzar el fin, todo lo demás son insignificancias”, decía. Las pequeñeces tienen su importancia. Es siempre lo que le pierde a uno. Otra novela es Los Hermanos Karamazov, existencialismo, filosófica, psicológica, debate, ética, libre albedrío, fe, duda y moralidad. ¡Y hay muchísimos más!