El beisbol de Puebla tiene en Jorge Fitch a uno de los mejores jugadores y mánagers en su historia. Hay luto; la noche del jueves falleció a los 87 años de edad.
Fue campeón como jugador portando la franela de Pericos de Puebla en 1963; como piloto de Ángeles de Puebla, se puso el anillo en 1979.
Nació en Navolato, Sinaloa, y creció en Tijuana. En Puebla encontró su esplendor desde que llegó en 1960 proveniente de los Tigres. Fraguo su leyenda veloz aquí.
Como parador en corto, integró la novena histórica de los emplumados que jugó cuatro finales de Liga Mexicana, haciéndose del título en 1963. Ese año firmó números de ensueño: bateo de .316, 167 hits, 25 dobles y un slugging de .412.
El mejor short stop mexicano de su época, hizo cuadro con la parvada junto a Ronnie Camacho en la inicial, Moisés Camacho en la intermedia, con quien confabuló una racha de doble matanza histórica en la Liga; además de José Zacatillo Guerrero en la antesala.
Su gran guante y su poderoso madero dejaron Puebla en 1967 para jugar con Broncos de Reynosa y Alijadores de Tampico.
Se retiró en 1975, pero casi de inmediato se fue al dugout para comenzar carrera como manager.
En 1979 regresó a Puebla para tomar los controles de Ángeles. Le tomó un año encaminar a la novena al banderín en una serie final en que doblegaron a los Indios de Ciudad Juárez en siete encuentros.
En 1980, Jaime Pérez Avellá, dueño de los angelinos, lo despidió. Lo culpó de iniciar una mega bronca ante el Veracruz que desató huelga de jugadores en la pelota mexicana.
Fue suspendido de por vida de la liga veraniega. Se refugió en la Liga del Pacífico en donde siguió cosechando triunfos y ampliando su leyenda.
Entró en 2001 al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano.