Por: Cecy Rendón
La gran pregunta de muchos emprendedores es: ¿dejo o no dejo mi trabajo? La pasión emprendedora sugeriría dejarlo todo y dedicarle el 100% del tiempo y la energía al nuevo proyecto… pero la razón y la cartera siempre sugieren no dejar un sueldo seguro a la ligera.
En este caso, hay que hacerle caso a la razón y no dejarse llevar por las pasiones desbordadas. Emprender es un camino que desde fuera suena muy romántico e idealista, cuando en realidad es un proceso lleno de retos, subidas y bajadas, fracasos, éxitos y descalabros.
Y lo mejor que un emprendedor puede hacer para poder llevar ese proceso con cierta paz mental es tener un ingreso fijo que lo acompañe mientras el negocio se consolida. Tanto como si vives solo, como si tienes pareja o familia (y especialmente si tienes familia que depende de ti), tienes gastos fijos. Todos tenemos gastos fijos.
La vida cuesta dinero, comer, transportarse, comunicarse, vestirse, todo cuesta dinero… y un negocio en sus primeras etapas no te puede garantizar un ingreso. Por más maravilloso que tu negocio se vea en el papel, nunca es garantía. Absolutamente todos los negocios se ven bien en las corridas financieras, todos; de otra forma, no existirían.
Pero en la realidad, TODOS los negocios enfrentan retos y problemas, todos pasan por situaciones inesperadas y todos están a merced de factores externos fuera de tu control. Si mantienes tu trabajo, sí, tendrás que trabajar mucho más, tendrás que dedicar cada momento de tu tiempo libre a tu negocio, pero podrás tomar las mejores decisiones para llevarlo al éxito.
Si estás desesperado porque no tienes dinero para comer, o para pagar tu internet, o tu renta, no podrás pensar con claridad y contrario a lo que todos te dicen, estarás poniendo en riesgo tu emprendimiento. No es lo mismo salir a vender con la mente fría que con la desesperación de no saber si tu familia va a comer al día siguiente.
No es lo mismo decidir si reinviertes las ganancias de tu negocio para hacerlo crecer cuando tus gastos de vida están cubiertos, que cuando tienes necesidad de ese dinero para el día a día. No es lo mismo atreverte a pedir un crédito cuando sabes que puedes pagarlo que cuando estás arriesgando no solo tu patrimonio sino el de tu familia.
Es cierto que muchas personas deciden emprender porque perdieron su trabajo, y claro que emprender es un maravilloso camino a la libertad financiera, pero su proceso será más complicado.
Si tienes la opción de mantener un empleo mientras despega tu proyecto de negocios, definitivamente conservarlo es lo más sensato. Tendrás la tranquilidad de que tu sueldo cubre tus gastos diarios, y podrás dedicar toda tu energía en emprender.