Un estudio realizado por la escuela de Física del Instituto de Tecnología de Georgia, Estados Unidos, reveló que la hidroxicloroquina, un medicamento que se ha promovido en diversos países como posible tratamiento para la COVID-19, desencadena preocupantes arritmias.
Como te informamos hace un par de semanas, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no recomendó el uso de la hidroxicloroquina y de que un amplio estudio reveló un aspecto negativo sobre esta si se receta a pacientes con COVID-19, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) autorizó que se suministre este medicamento en 20 mil pacientes contagiados en el país.
José Sifuentes, director del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, reveló a Milenio que la Secretaría de Salud suministraría hidroxicloroquina a 20 mil contagiados de COVID-19. Asimismo, el funcionario informó que recibió una donación de 130 mil dosis del medicamento genérico de Novartis.
Ahora, una investigación publicada en la revista Heart Rhythm demostraría que quizá no fue la mejor decisión, pues encontró que ‘el fármaco hace sorprendentemente fácil desencadenar preocupantes arritmias’.
Según se lee en el texto antes mencionado, el medicamento ‘afecta a dos tipos de corazones de animales al alterar el tiempo de las ondas eléctricas que controlan los latidos’.
Si bien los hallazgos de los estudios en animales no necesariamente pueden generalizarse a los humanos, los videos creados por el equipo de investigación muestran cómo el fármaco puede causar que las señales eléctricas cardíacas se vuelvan disfuncionales.
Al respecto, Flavio Fenton, profesor de la escuela de Física del Instituto de Tecnología de Georgia y autor correspondiente del trabajo, explicó:
“Hemos ilustrado experimentalmente cómo el fármaco cambia realmente las ondas en el corazón, y cómo eso puede iniciar una arritmia. Lo hemos demostrado con el mapeo óptico, que nos permite ver exactamente cómo cambia la forma de onda. Esto nos da una demostración visual de cómo la droga puede alterar la propagación de la onda en el corazón”.
Con información de Excélsior, WHO e Infobae
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