Las personas que se acuestan tarde usan peores estrategias para regular sus emociones, según un estudio de la Universidad de Málaga, publicado en la revista Plos One, que analiza los ritmos circadianos.
«Un importante porcentaje de la población padece ‘jet lag social’, que ocurre cuando el reloj social y biológico no coinciden, como es el caso de los vespertinos”, señala Juan Manuel Antúnez, profesor de la Facultad de Psicología de la universidad.
«El estudio analiza los ritmos circadianos —cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo diario—, y que responden principalmente a la luz y la oscuridad en el ambiente de un organismo, y en concreto, la matutinidad-vespertinidad, que es una forma en que se manifiestan.
«Estudios previos de este profesor ya habían demostrado que las personas vespertinas suelen tener más problemas psicológicos como trastornos del estado de ánimo, de la conducta alimentaria, psicóticos o alteraciones del sueño, entre otros, mientras que las matutinas tienden a mostrar mayores niveles de optimismo, resiliencia e inteligencia emocional.
«Según el experto en personalidad, la matutinidad-vespertinidad es un continuo bipolar en el que se puede clasificar todo el mundo. Así, aquellos que se despiertan muy temprano, incluso los fines de semana cuando no tienen que madrugar, y que se acuestan pronto porque “se lo pide el cuerpo” son los que se encuentran más próximos al polo matutino.
En cambio, los vespertinos son todo lo contrario: suelen trasnochar, les cuesta madrugar y rinden mejor a últimas horas del día. “Se estima que el 20 por ciento de la población es matutina, otro 20 por ciento, vespertina y el 60 por ciento restante, intermedia, es decir, los que se encuentran en el centro de los dos polos”, explica Antúnez. (La Crónica de Hoy)