El protagonista de la fiesta patronal más grande de Izúcar de Matamoros está a punto de regresar reconstruido y restaurado a su templo.
Santiago Apóstol se encuentra a un paso de quedar completamente restituido, después de que durante el sismo del 19 de septiembre de 2017 quedó triturado bajo la cúpula que colapsó y cayó.
La fiesta de este santo, el 25 de julio, congrega a tanta gente en Izúcar de Matamoros, que se cierran las calles aledañas a la Centenario, desde los arcos de entrada de la cabecera municipal hasta el zócalo, y visitar la imagen cuesta cinco horas de espera, por la multitud que se reúne.
UNA OPERACIÓN MAYOR
Hace cuatro años, la escultura del apóstol cruzó hecha añicos la puerta del Laboratorio de Conservación de Escultura Policromada, en la Ciudad de México.
La toga que llevaba puesta sirvió como envoltura de los trozos sueltos.
Así lo recuerda la restauradora de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), Roxana Romero Castro, quien ha coordinado los trabajos de recuperación de esta escultura que representa un bien cultural.
La pieza de forma humana mide al menos 2.5 metros de altura. Estaba colocada montando un caballo de madera que quedó deshecho bajo la cúpula derrumbada.
Se hace cargo de la restauración la la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Al estudiar al Santiago Apóstol, especialistas del INAH encontraron que fue hecha entre finales del siglo XVII e inicios del XVIII. El caballo no tenía valor histórico, concluyeron.
Romero Castro asegura que por interés de los feligreses, en 2013 el INAH checó la escultura e inventarió grietas, repintes, pérdida de material de soporte y de estratos pictóricos, además de abrasiones y craqueladuras.
Para 2017, la destrucción representó una oportunidad única para diseccionar la técnica de manufactura de la pieza.
Resultado: el santo está hecho de papel amate, cañuelas de maíz, pasta de maíz y entelados de lino. Y resistió.
Pero fue imposible recuperar las cañuelas y la pasta de maíz, afirma la experta al explicar que se diseñó una estructura auxiliar que permite la manipulación segura por parte de los feligreses, “ya que los materiales tienen memoria, y si no hay una correcta manipulación, donde hubo un doblez o una deformación se puede volver a alterar”.
El arquitecto Arturo Casasola dirigió la confección de una estructura de madera de cedro tratada previamente para evitar plagas. Además de dar soporte, este esqueleto funciona como eje para la unión de los elementos al cuerpo.
Una vez estabilizado el conjunto, empezó la recuperación formal de la escultura mediante la reposición de material de soporte y la recolocación de estratos desprendidos, etapa que está por concluir. A esta fase seguirá la atención de los aspectos estéticos, mediante resanado y pintura.
El desafío, indica la restauradora, es “recuperar la fuerza expresiva del rostro de Santiago Apóstol”.
En su experiencia de 16 años, asegura Roxana Romero Castro, esta es la primera pieza de la que puede conocerse toda la técnica de manufactura y ha sido un reto definir la intervención para restaurarla.