Texto: Dulce Liz Moreno / Fotos: Hilda Ríos para Agencia Enfoque
Tal como lo ves, Aquiles Serdán se puso un vestido así, negro, hasta el tobillo, con sombrero de ala generosa; trenzas, además, sobresaliendo del velo porque el disfraz era de viuda.
Otras versiones cuentan que le enjaretaron una peluca rubia y se afeitó el bigotazo. Como sea, el conspirador revolucionario tuvo que huir así vestido porque los gendarmes lo conocían muy bien y tenían orden de encarcelarlo, como a sus compañeros Alarcón, Sánchez Pontón y Gil Jiménez.
Y así salió de Puebla. Y pasó las diferentes estafetas de viaje hasta San Luis Potosí para reunirse con el mismísimo Francisco I. Madero para, también, acompañarlo a San Antonio, Texas, desde donde se proclamó el Plan de San Luis.
Y ahí están los moldes de pies y algunas herramientas viejas y una máquina de coser. Ahora se encuentran en una pieza ahí en la casona de la Calle de Santa Clara pero en el pasado los hermanos Serdán –Natalia, Aquiles, Carmen y Máximo– tuvieron mala racha económica de niños y adolescentes y vivieron de fabricar zapatos.
La casa de la 6 Oriente fue un regalo herencia del esposo de Natalia, que enviudó joven. Esto se puede ver-vivir, desde ya, en uno de los museos de Puebla. Todos han los del gobierno estatal han reabierto puertas. Reglas de oro y adelante.