Será comunitario, a 20 años de haber sido descubierta la primera de tres tumbas, con murales de colores muy vivos en este municipio mixteco
Mario Galeana
Con el registro de una tercera tumba prehispánica en Ixcaquixtla, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) proyecta la construcción de un museo comunitario que exponga las piezas recuperadas de este complejo funerario que ha sido descubierto durante las últimas dos décadas.
En la Tumba 3 de Ixcaquixtla, que fue construida entre los años 400 y 600 después de Cristo, se han identificado 21 osamentas completas y cerca de 200 piezas de esculturas y vasijas cerámicas.
“Suponemos que eran personajes de muy alto rango y que existía un culto a los ancestros en este lugar. Recuperamos objetos muy pequeños que tienen que ver con el modo de vida de esta población. Una de sus principales actividades pudo ser el comercio”.
Lo explicó el arqueólogo Alberto Diez-Barroso Repizo, coordinador del grupo de especialistas en el salvamento.
En abril de 2004, se localizó la Tumba 1 del mismo complejo; está compuesta por tres cámaras y una pintura mural con pigmentos naranjas, en donde se registraron elementos y divinidades.
Nueve años después, en 2013, se localizó una tumba más en una calle lateral al mercado municipal de San Juan Ixcaquixtla.
Esto se debe a que el pueblo, ubicado sobre una loma que domina un valle, se levantó sobre un importante sitio arqueológico, y el mayor de los montículos o “teteles”, como suele llamarles la gente de la Mixteca Baja, se localizaba en lo que ahora es el centro de la cabecera municipal.
Según Diez-Barroso, la intención del Centro INAH Puebla es garantizar la protección del material arqueológico recuperado, para que, a largo plazo, pueda constituirse un museo comunitario en la región.
“Principalmente es la necesidad que tiene la población de que este patrimonio se dignifique y pueda ser compartido con la comunidad; Ixcaquixtla tiene raíces de población popoloca, hay personas de habla náhuatl en la región, y obviamente la creación de un museo comunitario es nuestro objetivo a largo plazo”, expuso.
De acuerdo con el director del INAH en Puebla, Manuel Villarroel Vázquez, hay dos características que distinguen a este complejo funerario de cualquier otro localizado en el estado de Puebla.
En el interior de la Tumba 1, la pintura mural que adorna las paredes es policromática, lo cual no es común entre los sepulcros de la época. En tanto que la Tumba 3, que fue descubierta en octubre del año pasado, permaneció sellada durante mil 500 años y eso favoreció la preservación del sitio, lo cual no ocurre con frecuencia.
El equipo de investigación que ha sido responsable de los descubrimientos está integrado por la antropóloga física Dioselín García Díaz, los arqueólogos Alexis Daniel Rodríguez Olivarez y Gibrán Alejandro Martínez González, con el apoyo de Javier Fernando Rodríguez de la Rosa e Israel González Hernández.