La costumbre de pasar el día de Todos los Santos o el de los Fieles Difuntos en el cementerio resulta constante en poblaciones del centro y el sureste del país.
En la imagen, El retrato enmarcado del difunto está en la cabecera de la fosa tapada con tierra y nada más. Tiene ofrenda de flores y follaje y las infaltables ceras. Hay que comer, además, junto y con la persona cuyo recuerdo nunca se agota.
Foto: Acervo Ignacio Rodríguez Monroy / Mediateca INAH