La foto es de 1952. La lluvia ha caído recio y el agua siempre se abre camino. Los estragos, evidentes, deben ser paliados por los mismos afectados y gente solidaria. Hoy, 69 años después, las cosas no han cambiado y cuando Tláloc se pasa de abundante, las calles siguen convirtiéndose en ríos. Foto: Mediateca INAH