Por: Mar Picazo
El feminismo en la literatura. No como panfleto, sino como apoyo, como sororidad, como denuncia de violencia, acoso y feminicidio como constante amenaza a la seguridad de las mujeres y su estabilidad emocional.
Es la propuesta de Raquel Hoyos en Maldita, libro triunfador del galardón Letras confinadas este 2021, antología de cuentos que recopila 17 historias con un toque velado de feminismo.
La galardonada, nacida en 1986, se instaura dentro del trabajo feminista poblano desde su trinchera, la escritura. Toma –al igual que Elena Garro– la literatura fantástica: las brujas, las gitanas, el terror, los hechizos y los fantasmas, y la fuerza de su lenguaje casi obsesivo con el que captura distintas historias de manera breve.
SORORIDAD, SU INFLUENCIA
A finales del siglo XX y principios del XXI, mujeres del ámbito cultural y educativo en Puebla iniciaron talleres de escritura con una perspectiva feminista. Destacan Beatriz Meyer, Alicia V. Ramírez Olivares, Raquel Olvera, entre otras, quienes ahora empiezan a ver su trabajo reflejado en las nuevas escritoras poblanas. Reconoce Raquel que fue en 2018 cuando, de la mano de Beatriz Meyer, escribió algunos cuentos de Maldita.
“Muchas mujeres me han influenciado; de las más actuales, Mariana Enríquez y María Fernanda Ampuero. Ellas utilizan el terror como denuncia social a través de sus cuentos. Amparo Dávila, Guadalupe Dueñas, Inés Arredondo y mis amigas del colectivo Especulativas; los textos que ellas convocan y publican son con la intención de utilizar la literatura de la imaginación con un enfoque social”, dijo.
SER MUJER
La escritora toma elementos de la vida cotidiana y los confronta en sus cuentos.
“Dios la oiga. Una niña más y mi marido me deja”, discurre casi al inicio de su cuento Carmen, en donde retrata cómo el nacimiento de una mujer es visto como desgracia.
“Me identifico con el pensamiento feminista. No quería que fuera una narrativa panfletaria, pero sí hay guiños al feminismo. Le toca al lector cuestionarse qué
reflexión le queda a partir de esas historias”, comentó.
LO ANCESTRAL
Raquel toma temas ancestrales como la comida, la brujería, las gitanas, parteras, el terror, la menstruación, la apariencia física, el acoso, el abandono, la violación; son un tema constante en su escritura. Ella, más que cobrar venganza, convierte a sus protagonistas en justicieras.
“Mi abuela es de Oaxaca y ella me contaba muchas historias y experiencias. Mi familia cree en las brujas, las parteras, las hechiceras. Para el relato de Festín me inspiré en algo que leí de una costumbre prehispánica, donde a los violadores se los comían en un tamal. Ese era su castigo y lo quise reflejar como una especie de justicia divina”, explicó.
REFLEJO DE LA REALIDAD
Hoyos Guzmán hace una similitud de Maldita con la relación de madre e hijos, pues dice que la antología es como un hijo y los hijos nunca van a ser perfectos, pero aun así se les quiere.
“No es una literatura autobiográfica, pero sí tomo ciertos elementos de lo que he vivido y escuchado. En el último de los cuentos ‘Se fue como el humo’, primero fue una novela y no cuajó. La historia que hay de fondo sobre la guerra del narcotráfico de Felipe Calderón y el asesinato de la pareja de la protagonista es algo que lamentablemente me tocó vivir. Conocí a familias que perdieron a sus seres queridos. Yo perdí a mi pareja. Es muy difícil hablar de una situación que te duele tanto. La literatura, y sobre todo la literatura de la imaginación, te ayuda mucho a crear un mundo en un contexto fantástico en el que tú puedes manejar la historia como tú quieras. Ese fue el cuento más difícil, más cercano y doloroso que he escrito”, finalizó la escritora.