Su vida parecía destinada a las albercas, era una gran velocista bajo el agua sobre todo en el estilo de crol, y fue justamente buscando algún método para mejorar su técnica que empezó a entrenar boxeo y sin saberlo, ahí cambió la vida de Alma Gabriela Téllez Vázquez.
Ahora ella es un alma guerrera arriba del ring, ha competido a nivel nacional y a partir del 15 de septiembre buscará coronarse como campeona nacional con la ilusión de clasificar al mundial de noviembre, aunque su debut internacional como pugilista se dará en los últimos días de este mes cuando participe en el Campeonato Panamericano en Brasil.
Miembro de una familia futbolera, con su papá como entrenador y su hermano como jugador, ambos en el ámbito amateur, ella divide su tiempo entre su profesión como fisioterapeuta y boxeadora, para atender el negocio familiar de cemitas.
CAMBIÓ LA BRAZADA POR EL UPPERCUT
Alma Téllez es valiente porque no le tiene miedo al cambio. Cuando estaba en el mejor momento de su carrera como nadadora, decidió emprender su camino en el difícil mundo del boxeo y con 16 años de edad decidió mudarse de las albercas a los cuadriláteros.
“Nadé unos diez años, incluso competí porque era buena en velocidad, inicié siendo dorsista, pero luego me convertí en crolista. Pero como parte de una estrategia para mejorar mi velocidad, decidí comenzar a entrenar boxeo porque veía que ahí podía desarrollar fuerza y agilidad. Entré, me gustó mucho y sí me ayudó en la alberca”, apuntó.
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La transformación de nadadora a boxeadora no fue sencilla pues tuvo que hacer una adaptación casi total a su forma de concebir el deporte aunque su ímpetu por aprender y destacar la ayudó a adaptarse con mayor velocidad.
“Tenía 16 años e inicié en el boxeo, pero el cambio fue radical y lo noté en las peleas, porque en la natación la relación con tus adversarios es diferente que en el box. Yo quería llegar a saludar a mi rival arriba del ring y pues eso no se puede y me hacían burla porque también mis golpes los daba como si fuera una brazada de natación”, precisó.
DEJÓ EL BOXEO POR UN TIEMPO
Para 2016 tuvo su primera competencia con los guantes y si bien tenía el boleto para participar en la etapa importante de la Olimpiada Nacional, declinó la oportunidad por aspectos económicos.
“En 2016 competí en mi primera Olimpiada Nacional, pero me quedé en regional porque aunque gané la medalla de plata y a la etapa nacional solo llegaban los dos primeros lugares de cada categoría, al segundo lugar le tocaba pagar sus gastos y no fui”, señaló.
Y así como lo hizo cuando dejó la natación, en 2017 volvió a tomar una decisión importante y sorpresiva, porque su carrera en el pugilismo estaba tomando un impulso, ponderó sus estudios y le puso una pausa al deporte.
“Después fui a un Festival del Comité Olímpico y gané bronce. Participé en un Nacional de Boxeo Élite en 2017 y después de eso le puse pausa a mi carrera en el boxeo porque entré a la universidad a estudiar Fisioterapia y mis horarios eran muy complicados, además sabía que si no entrenaba bien y me subía a pelear me podían dar un mal golpe, entonces lo dejé”, explicó.
POR SALUD, SE PUSO DE NUEVO LOS GUANTES
Fueron prácticamente cuatro años los que estuvo alejada de los cuadriláteros, lapso en el que se centró en su carrera en fisioterapia, pero su cuerpo resintió la inactividad deportiva y aumentó de peso, por lo que pensando en su salud, volvió al gimnasio.
“Regresé después de la pandemia y fue por mi salud, estaba comiendo mucho y llegué a pesar hasta 72 kilos que son mucho para mí porque cuando peleaba inicié en 57 kilos y luego subí a 60 por mi estatura. Inicié en el gimasnio de unos amigos solo pensando en activarme y nada más por hobby”, comentó.
Fue el actual presidente en Puebla de la Unión Mundial de Boxeo de Élite, Omar Silva, quien la terminó de convencer de retomar el camino en el arte de dar golpes sin que te den. Su cuerpo reaccionó favorablemente al regreso, ahí decidió volver a ser boxeadora y emular a su ídola Jackie Nava.
“A Omar Silva lo conocía desde que competía, hicimos buena relación, y cuando regreso a entrenar, él lo vio en redes sociales y me contactó para invitarme a hacer unas pruebas para unirme a UMBE. Primero pensé que no iba a aguantarlas, pero después decidí ir para tener qué contar como anécdota. Pasé las pruebas y eso me volvió a motivar porque me sentí capaz y además ya tenía más tiempo porque ya había egresado y solo estaba haciendo servicio social. Empecé a entrenar todos los días, salia a correr y bajé hasta los 54 kilos porque admiro mucho a Jackie Nava y dije que si regresaba era con algo muy bueno”, recordó.
REGRESO TRIUNFAL
Fue en el Torneo de los Barrios que experimentó otra vez la adrenalina de subirse al ring en busca de un trofeo y su regreso fue triunfal porque se coronó como la mejor del torneo y después en julio se ganó su lugar en el Certamen Nacional Élite.
“El año pasado regresé a competir, primero iba a ir la Nacional, pero se canceló por la pandemia y estuve entrenando en el Instituto Poblano del Deporte, tuve algunas peleas hasta que en este año participé en el Torneo de Barrios y lo gané, luego a los clasificatorios para el Certamen Nacional Élite y clasificamos”, dijo.
CIERRE DE AÑO INTENSO
Por eso, a partir de este 15 de septiembre y hasta los últimos días del año, vivirá momentos intensos con torneos que le ofrecerán la posibilidad de representar a Puebla y México ante el mundo y poder así cerrar con broche de oro su etapa como amateur para que en el 2023 pueda pensar en convertise en boxeadora profesional.
“Este cierre de año va a ser muy intenso porque el 15 de septiembre tengo el Nacional y el objetivo es el oro para poder clasificar al Mundial que es en noviembre y donde puede ser mi trampolín para debutar como profesional. Pero también a final de este mes es el Campeonato Panamericano en Florianópolis en Brasil. Quiero representar a México en algo grande, también me gustaría debutar pronto como profesional. Este año quiero cerrar muy bien mi etapa como amateur y ya el próximo año pensar en el debut pero con preparación muy fuerte”, apuntó.
NEGOCIO DE CEMITAS, SU OTRA LABOR
Alma Téllez busca transcender en el boxeo y ser la nueva cara de este deporte en Puebla, pero para alcanzar esa meta ha tenido que dividir su día en una serie de actividades que prácticamente no le dan respiro, pues además de entrenar, trabaja como fisioterapeuta y los fines de semana atiende el negocio familiar.
“En el negocio de cemitas trabajamos todos, hemos conocido mucha gente, tiene temática de futbol, pero mucho de los clientes ya conocen mi historia con el box y se acercan. Yo trabajo ahí los fines de semana porque entre semana entreno, hago servicio social en Cuautlancingo y doy fisioterapias en Cholula. Las cemitas El Ruso están en la avenida Puebla en Sactorum, Puebla, a unos metros de la Gran Bodega”, finalizó.