Le gustaba la natación y el futbol, pero a los ocho años de edad un profesor la convenció de practicar esgrima y ahora Ashley Muñoz es subcampeona panamericana y fue parte del histórico cuarto lugar que México consiguió en el Mundial de Dubái.
Se ha desarrollado como una estupenda sablista y ya sabe lo que es ser campeona nacional, aunque no se ha salvado de las dificultades que enfrentan todo deportistas como las lesiones e incluso la falta de apoyo para financiar viajes a competencias.
Estudiante en la Facultad de Química de la BUAP, sueña con llegar a unos Juegos Olímpicos, aunque gracias a su corta edad, no se impacienta y sabe que si no puede clasificar a París 2024, su meta será Los Ángeles 2028.
“LA ESGRIMA ME ATRAPÓ”
Su vida estaba destinada al deporte ya que por impulso de sus padres, ella y su hermana Shirley que se desarrolló como boxeadora, comenzaron a ejercitarse desde muy pequeñas.
“Desde chiquitos hemos hecho ejercicio, mis papás se enfocaron mucho en que lleváramos una vida activa deportiva. Yo empecé con natación y futbol desde los tres años y pues un profesor de fut, como a los ocho años, también era entrenador de esgrima y me dijo que si conocía el deporte, pero pues no sabía ni que era, él me dijo que tenía las cualidades de una esgrimista y que lo checara”, recordó.
Su enamoramiento a este deporte fue tan rápido que no tardó en dejarlo de ver como un juego y considerarlo como una actividad para desarrollarse, por eso en el Club Alpha encontró su sitio para aprenderlo y evolucionar.
“Yo entrenaba en el Alpha 2 con el profesor Guillermo Cuadros y de simple vista me atrapó, me causó muchísima curiosidad el deporte, siempre he sido una niña muy curiosa, hasta la fecha, entonces dije que iba a intentarlo. Agradecí demasiado porque desde que entré a pesar de que era pequeña,lo tomé con mucha seriedad”, dijo.
HACE DIEZ AÑOS, SU PRIMER MEDADLLA
Con su compromiso y el apoyo de sus padres, inició con su carrera como esgrimista evolucionando a pasos agigantados, ya que apenas cuatro meses de comenzar a entrenar, terminó en quinto lugar dentro de un Campeonato Nacional Infantil
“Mi primera competencia fue una Copa Jenkins que ahora le llaman Copas Alpha, después vino un Campeonato Nacional, en el que quedé en quinto lugar, estuvo muy bien porque era novata, llevaba cuatro meses entrenando”, comentó.
Pero fue 2012 el parteaguas para ella ya que se coronó como Campeona Nacional y esto le permitió clasificar al Campeona
to Panamericano que se celebró en Cancún, consiguiendo medalla de bronce.
“A los 11 años logré ser campeona nacional y hubo la oportunidad de que fuera al Panamericano infantil categoría 10 años, quedé en bronce. Yo no sabía la energía del asunto, porque estaba chiquita y no podía comprenderlo, mis papás emocionadísimos, mi maestra, todos estaban de ¡wow! y yo no comprendía el llegar en tan corta edad a un buen resultado”, recordó.
DEL FLORETE AL SABLE
Campeona nacional y tercer lugar del continente en florete, Ashley le dio un giro a su carrera en 2014 pasando al sable.
“La esgrima es un deporte de tocar a tu rival sin ser tocado, existen tres estilos; sable, espada y florete. En la espada vale todo el cuerpo, si tu tocas en todo el cuerpo va ser punto, el florete cuenta solo en tronco y en sable, que es mi arma, cuenta de la cintura para arriba. Yo inicié en florete y fui campeona nacional, después me cambié a sable porque me gustaba más, es más agresivo a la vista, más fuerte y competitivo, y logré ser campeona panamericana”, señaló.
LAS LESIONES Y LA PANDEMIA
Sin embargo, no todo ha sido felicidad para ella en su andar por la esgrima, ya que en 2019 luego de un gran esfuerzo logró clasificarse al Campeonato Panamericano Juvenil, pero días antes sufrió una fuerte lesión.
“Como una semana antes tuve un esguince de segundo grado de ligamento anterior derecho del tobillo, estuvo terrible, pensé en ir así a competir, pero era riesgoso de que sí se me rompiera el ligamento, después el proceso de recuperación fuera el triple de largo, entonces tuve que dar por perdido mis primeros Panamericanos”, dijo.
Y recién se había recuperado del problema ligamentario cuando en 2020 llegó la pandemia de la COVID, y estropeó todos sus planes golpeándola en un aspecto básico para cualquier deportista, el psicológico.
“A mí me pegó mal, yo me sentía muy mal porque estaba en el CNAR (Centro Nacional de Alto Rendimiento) donde están los mejores del país concentrados y teníamos un ritmo de vida, pero de la nada te dicen que para tu casa y estás encerrado. Se me quitaron las ganas de entrenar, las ganas de hacer todo, yo ya no me veía con futuro en la esgrima y me veía derrotada muchas veces”, explicó.
PEOR QUE EMPEZAR DE CERO
La depresión provocada por el encierro y la suspensión de actividades deportivas, la llevó a retroceder tanto en su nivel deportivo que prácticamente empezó de cero cuando retomó sus entrenamientos.
“Puedo decir que fue más difícil retomar mi esgrima que cuando era una novata, fue peor que iniciar desde cero, yo no creía en la parte psicológica, creía que entrenando duro ibas a ganar y el que entrenara más es el que ganaba, eso es falso, tu mente tiene muchísimo poder y cómo influye, esa es la diferencia de los grandes deportistas de los que controlan su mente y de los que no”, indicó.
Por ende, tuvo que ser rescatada por una psicóloga del deporte quien le ayudó a cambiar malos hábitos, pero sobre todo a expandir su mente, algo que no solo la llevó a controlar sus pensamientos sino a mejorar drásticamente su esgrima.
“La psicóloga Alejandra Machorro me rescató, recuerdo que en la primera sesión que tomé con ella fue en mi cama recién despertada, estaba muy mal, pero me ayudó a cambiar muchos hábitos, me despertó la mente. Fue un proceso difícil porque mi primera temporada regresando del COVID fue un quinto lugar, no está mal, pero ya no quería ese quinto lugar, entonces también gracias a la terapia los resultados se dieron poco apoco, después estuve en cinco finales consecutivas, entonces me siento bien, agradecida por el proceso, por esas caídas, altas y bajas, pero sobre todo saber disfrutar estas cosas”, reveló.
DE TENER COVID AL MUNDIAL EN DUBÁI
Ya en la temporada 2021-2022, regresó más fuerte que nunca a las competencias llegando a las finales en los selectivos rumbo al Campeonato Panamericano, al que no pudo asistir por la lesión en el tobillo, y al Mundial Juvenil en Dubáis.
“Mi temporada 2021-2022 la inicié bien, participé en dos selectivos nacionales para sumar puntos al ranking con el que se define quiénes van a las competencias internacionales, llegué a las finales y en el tercer certamen ya no pude acudir porque me contagié de COVID”, dijo.
Cuando estaba retomando su nivel, parecía que el destino le hacía otra mala jugada porque contrajo el virus que paralizó al mundo por más de dos años, lo cual, además de hacerla pasar un mal momento de salud, la privó de ir al último selectivo.
“Me metí a la final de los primeros dos selectivos y con eso tenemos nuestro pase a los Panamericanos y al Mundial, desgraciadamente el tercer selectivo nacional no pude asistir porque me dio COVID, me dio algo fuerte a mí y mi familia, yo descansé, reposé, estuve leyendo reportes para ver qué era lo mejor que un deportista podía hacer enfermo, trabajo mental más que nada”, narró.
RECORRIÓ MÁS DE 20 MIL KILÓMETROS EN MENOS UN MES
Su fortaleza la llevó a sobreponerse una vez más a los obstáculos y en marzo pasado inició un recorrido de más de veinte mil kilómetros en menos de un mes, primero moviéndose a Lima, en Perú, para el Panamericano, y luego viajó al otro lado del mundo, en Dubái, para disputar su primer Mundial, todo contando solo con el apoyo económico de la BUAP.
“A Perú llegamos dos días antes y me pegó en el oxígeno, es más alto que México, pero empezamos a agarrar ritmo. Desgraciadamente el apoyo está muy mal, los que fuimos de la delegación mexicana tuvieron que cubrir sus gastos, no hubo alguno que lo apoyaran, yo metí apoyo en todos lados y la única institución que me apoyó fue la BUAP y fue con los vuelos, estoy agradecida porque soy nueva, estoy terminando el segundo semestre de Ingeniería Química y me ha abierto las puertas de una manera increíble, la BUAP es la única institución que ha confiado en mí”, recordó.
Como todo sacrifico tiene su recompensa, el de ella fue una medalla de plata panamericana en la modalidad de sable por equipos, siendo este el mejor resultado de su carrera, ya que las mexicanas no estaban consideradas como las favoritas.
“Contentísima porque México es un país fuerte en América, hay unas que otras cosas de desventajas, me di cuenta que por ser mexicanos no somos favoritos, independientemente de que somos fuertes no somos los favoritos, está Canadá, Estados Unidos y Brasil, ellos sí son los favoritos, por eso me dejó un buen sabor de boca y es como si mis sueños se estuvieran haciendo realidad, veo que estoy progresando y que mis sueños se están cumpliendo”, señaló.
Después de los 4 mil kilómetros de ida a Perú, regresó a México para hacer una escala larga y luego afrontar un tortuoso viaje de otros catorce mil kilómetros para llegar a Dubái, en donde participó en el Campeo
nato Mundial logrando un histórico cuarto lugar también por equipos.
“Después del Panamericano regresé a México, hice escala en Ciudad de México de 10 horas y luego me fui a Dubái, pero para llegar fue como una historia de película porque llegué y mi equipaje no, tuve que competir la prueba individual con cosas prestadas, con el uniforme de alguien más, en mi espalda decía Henry. Pero las cosas se dieron bien, íbamos conscientes de que no es fácil, es un campeonato del mundo, van más de 30 países, tampoco éramos favoritas, pero estoy agradecida con el resultado, aunque sé que no era nuestro máximo, pudimos habernos metido a la final y pelear por el oro, es un cuarto lugar pero con sabor a medalla, estamos al nivel y podemos hacerlo mejor con las europeas y sin el cuarto de experiencia que tienen, si nosotras tenemos el fogueo que tienen pues seriamos mejor”, rememoró.
QUIERE IR A UNOS JUEGOS OLÍMPICOS
Después del cuarto sitio no terminó su maratónica actividad, ya que al volver al país viajó a Ciudad Juárez para hacer unos trámites, después se movió a Querétaro para competir en los clasificatorios a competencias nacionales.
“Regresé de Dubái, me fui a Ciudad Juárez porque tuve que arreglar unos papeles de la ciudadanía americana que estoy tramitando para competir allá continuamente, llegué el 21 de abril a Querétaro, para competir en los clasificatorios a Juegos Conade y Universiada, clasificamos bien, vamos rankeadas en segundo lugar nacional, en dos días competí por mi estado y por mi universidad”, señaló
Estudiante del segundo semestre de la Ingeniería Química en la BUAP y con un crecimiento exponencial a nivel deportivo, Ashley Muñoz es la joya poblana de la esgrima mexicana por eso tiene como gran objetivo acudir a unos Juegos Olímpicos, ya sea a París 2024 o llegar consagrada a Los Ángeles 2028.
“Llegar a unos Olímpicos es un proceso difícil, de mucho dinero, de buscar patrocinadores de algún modo, no estoy mal en la categoría mayor por equipo y si clasificas por equipo también lo haces en individual, yo voy a pelear por mi lugar para poder ir a París, pero si no se puede pues a Los Ángeles, ese es mi sueño, pero primero mi objetivo es poder clasificar a Juegos Centroamericanos, ganarme mi lugar, ir a Panamericanos y hacer buena actuación para empezar a agarrar ranking mundial”, finalizó.