Nació en Monterrey, pero prácticamente toda su vida ha estado en Puebla, por eso Astrid Piña Gallegos se considera una poblana más porque además aquí fue donde conoció el karate, ese deporte que se ha convertido en su gran pasión y en el que ha sabido destacar.
La modalidad en la que se desempeña es el kumite o combate, sus habilidades para ejecutar cada técnica con la eficacia y la fuerza apropiada la llevaron a competir en el Campeonato Centroamericano que se celebró en El Salvador, en noviembre, en donde se quedó a un punto de colgarse la medalla.
Si bien con su karategi puesto tiene muchos sueños y metas, fuera del tatami también anhela trascender porque a partir de este lunes comenzará a estudiar en línea la licenciatura en Gestión de Pequeñas y Medianas Empresas con el objetivo de tener su propia empresa en un futuro.
EL KARATE DA MUCHAS SATISFACCIONES
Fue a la edad de once años cuando conoció el karate gracias a la recomendación de una amiga de su papá, y junto a su hermano empezó a practicarlo. Si bien en este primer contacto le gustó, fue hasta los quince años que se metió de lleno.
“Cuando yo estaba chiquita mi papá tenía una amiga que comenzó a entrenar y pues a mí desde un tiempo antes me estaban buscando un deporte, no tenía muchas cosas que hacer entonces pues nos llevó a donde estaba entrenando y mi hermano y yo empezamos a entrenar ahí, le agarramos el amor desde el inicio, aunque fue hasta los quince que ya me metí de lleno a practicarlo”, dijo.
Así como supo adoptar a Puebla como su casa, a pesar de haber nacido en Monterrey, recibió el karate y en específico el kumite como una forma de vida que la ha guiado durante estos últimos años.
“Yo soy regia, pero estoy en Puebla desde muy chiquita, casi desde los dos años llevo viviendo aquí y ya me encariñé con la ciudad, es parte de mí, es padre poder decir que represento a Puebla. Creo que el karate es una forma de vida, cada expresión que tiene ya sea la kata o el kumite es esa forma de vida, son esas cosas bonitas que te regala el deporte”, indicó.
Su camino como karateca empezó en la kata para poder obtener los grados y las diferentes cintas que hay, pero una vez se pudo decantar por una modalidad eligió el combate o como en el argot se conoce como kumitera.
“Yo soy competidora de kumite, antes sí competía en kata, pero era para hacer mis cambios de cinta, obligatoriamente para seguir subiendo mi nivel hacia competencias de kata, pero ahorita estoy concentrada en kumite”, precisó.
SE QUEDÓ A UN PUNTO DE UNA MEDALLA CENTROAMERICANA
Fue en 2019 cuando comenzó a competir y lo hizo con el pie derecho, pues luego de una clasificatoria estatal avanzó a la etapa nacional de los Juegos Nacionales Conade en los que representó a Puebla por primera vez.
“Para 2019 empecé a competir en enero y febrero en el estatal, en ese primer estatal clasifiqué para las Olimpiadas (Juegos Nacionales Conade) y fue algo muy padre, pesado, pero este deporte brinda muchas satisfacciones, entonces cada pequeño logro por más chiquito que sea es una satisfacción enorme, cada pasito que das es muy padre”, comentó.
Sin embargo, cuando tenía planeado un 2020 cargado de actividad, llegó la pandemia y si bien nunca dejó de entrenar, la obligó a hacerlo desde su casa.
“Nunca paré de entrenar, mi sensei Juan Manuel Cortés desde el inicio estuvo pendiente del equipo, nunca paramos, aunque sea en línea, era complicado, pero siempre estuvimos en contacto, se tenía que hacer la rutina que se tenía que hacer, pero nunca paramos”, relató.
Fue hasta 2021 que volvió a sentir la adrenalina de las competencias, aunque fuera a distancia, mientras que en mayo se unió a una concentración buscando un lugar en la Selección
Mexicana que iba a participar en los Juegos Panamericanos Junior que se celebraron las últimas semanas del año en Colombia, y también en el Campeonato Centroamericano que tuvo como sede El Salvador.
“Después de las suspensiones, en 2021 empezamos con las competencias en línea, en mayo tuve una concentración para sacar los seleccionados que se iban al panamericano juvenil, en Cali, no me seleccionaron, pero terminando tuvimos el selectivo Centroamericano y fue donde califiqué”, recordó.
Después de varios meses complicados por la pandemia, en noviembre de 2021 le llegó uno de los mejores momentos de su carrera, pues estuvo con la Selección Mexicana en El Salvador para competir ante los mejores karatecas de la zona centro del continente.
“Fue una sensación increíble, ya había tenido la oportunidad de representar a México, pero compitiendo aquí en el país, así que el salir al extranjero y traer el pants de mi país me emocionó muchísimo”, apuntó.
Compitiendo en la categoría de menos 50 kilogramos para menores de 21 años, Piña Gallegos sacó su mejor repertorio alcanzando las instancias finales del torneo y cuando estuvo a punto de meterse a la pelea por las medallas, un punto le quitó la oportunidad.
“Me fue muy bien, pero me sacaron por un punto, estuve a punto de estar en el medallero, pero sí me fue bien, me sentí bien porque estaba en el nivel, pude dar más, pero el escenario es grande y te hace sentir nerviosa, pero muy padre”, destacó.
QUE EL KARATE REGRESE A JUEGOS OLÍMPICOS
Con esa espinita de poder colgarse una presea en el extranjero y con el envión anímico de que México se coronó como el mejor país de esa competencia, Astrid ya planea lo que será su 2022 en el que espera repetir en el Centroamericano y ahora sí subirse al podio.
“Afortunadamente México se llevó la copa por más peleas ganadas y categoría, estábamos muy orgullosos. Yo digo que el nivel de karate en Puebla está bien, pero nos falta aún para estar al nivel de otros estados que tienen un apoyo increíble, pero vamos por buen camino. Yo ahorita voy a empezar el ciclo de competencias, espero clasificar para el Centroamericano de este año, y también el Panamericano que va ser en México”, declaró.
Y a pesar de que para París 2024 el karate ya no será deporte olímpico, no pierde la esperanza de que más adelante el Comité Olímpico Internacional lo reintegre y vuelva a la justa como en Tokio 2020.
“Yo admiro mucho a cualquier deportista que llegue a un nivel Olímpico, como lo que vimos en 2021 que entró karate, todos los karatecas kumiteros son de admirar, todos los que están a ese nivel merecen todo mi respeto. Yo creo que todos los karatecas estamos con esa espinita y con la esperanza de que no sea la despedida y de que vuelvan a estar en unos Juegos Olímpicos, esperamos que pronto recapaciten, es un deporte bonito y dejarlo fuera sería pecado”, dijo.
SEGUIDORA DE COBRA KAI
Con sus 19 años de edad, también conoce de las tendencias digitales actuales y en específico de los contenidos que ofrecen las diferentes plataformas, como la serie Cobra Kai de Netflix, que es una secuela de la legendaria película Karate Kid, la cual, a pesar de lo exagerado de las técnicas, la emociona por la importancia que le da al deporte que tanto ama.
“Fuera de las técnicas que sí están un poco manchadas porque es ficción, pero es una serie muy buena, ya me acabé la nueva temporada, todos mis compañeros y amigos de otros estados han estado muy metidos, emocionados de que saliera una serie que resalte el karate porque es un deporte no tan reconocido. Hay veces que cuando te ven practicar lo confunden con taekwondo y es medio incómodo, y ahorita la serie ayuda a que lo sepan identificar”, consideró.
QUIERE SER EMPRESARIA
Sus objetivos a largo plazo es ser una gran karateca y también triunfar en el ámbito profesional, pero a ella no le gusta futurear y se concentra en el presente por eso desde este 24 de enero comenzará a estudiar en línea con la meta de tener su propia empresa.
“Yo soy más como de vivir el presente, quisiera ser una gran deportista, que un día pueda representar mejor y más dignamente a mi país, pero me concentro más en lo que pasa ahorita, en el presente. Por eso el 24 empiezo la universidad, voy a estudiar Gestión de Pequeñas y Medianas Empresas en la Universidad Abierta y a Distancia de Ciudad de México. Por las salidas y los viajes a las competencias es complicado estar en una escuela escolarizada, así que preferí en línea porque mi sueño es crear mi propia empresa, conseguir un día mi libertad”, concluyó.