La vida sobre dos ruedas. Daniel Bolaños es un joven poblano ciclista que pasó de rodar en la calle a competir para ser campeón nacional y soñar con llegar a un Mundial. Pero sus anhelos también están en ayudar a visibilizar la bicicleta como una herramienta para nuevos negocios y proponer a la arquitectura, la carrera que está estudiando, ya no como una especialidad para seguir construyendo, sino para hacer más eficaz el uso de los inmuebles ya existentes.
Ningún deporte lo llenó hasta los 12 años cuando comenzó a rodar y fue tan fuerte la conexión que solo dos años después empezó a competir y a los 15 se convirtió en profesional, afrontando todas las responsabilidades que eso conlleva.
Además de ser un deportista destacado, también echó a andar su propia empresa de mensajería dando empleo a otros jóvenes y sobre todo ofreciendo una alternativa más de movilidad en la ciudad.
PROFESIONAL DESDE LOS 15 AÑOS
De niño, Daniel buscó algún deporte que lo satisficiera y no lo encontró hasta los 12 años de edad cuando rodó por primera vez en eventos callejeros y en poco tiempo tuvo la confianza de comenzar a competir.
“Yo empecé andar en bici como a los 12 años, pero andaba en rodadas callejeras, todo recreativo, hasta que a los 14 comencé a competir en carreras no profesionales. De niño intenté practicar algunos deportes, pero no me sentía con las cualidades para destacar. Fue hasta después de dos años de competir que ya empecé en carreras semiprofesionales aprovechando que mi tío hizo un equipo de ciclismo de montaña”, dijo.
Siendo todavía un adolescente y pocos años después de empezar de ciclista, se decidió a convertirse en profesional comprometiéndose a todos los cambios que eso conlleva, desde su modo de vida y alimentación, hasta los gatos que implica.
“Yo soy profesional desde los 15 años. El ciclismo no es un deporte apoyado en Puebla, sobre todo en el ámbito profesional. Cuando te vuelves profesional tienes que hacer cambios radicales. Al principio sí me daba de topes, pero ya después entiendes que el sacrifico trae sus beneficios. También debes cambiar tus hábitos, desde la alimentación, el descanso y también los gastos”, comentó.
CICLISMO Y ARQUITECTURA
Después de ya un importante recorrido como ciclista, ahora también combina su labor con el estudio, pues actualmente está cursando el séptimo semestre de Arquitectura en la BUAP, por lo que sus horarios son muy apretados y su día comienza desde antes que salga el sol.
“Me levanto a las cinco de la mañana, estoy en el séptimo semestre de Arquitectura y procuro que mis horarios de clases empiecen a las nueve de la mañana, eso me da chance de entrenar antes, me gusta recorrer el campo de Puebla, voy a rodar por varios municipios porque está muy bonito y las condiciones también te benefician. Esto te ayuda a educarte a competir en diferentes formas, Puebla tiene una buena geografía que te permite entrenar y competir en diferentes entornos. Afortunadamente nunca he sufrido un accidente, aunque sí me he enterado de varios compañeros y eso te bajonea porque ha habido muertes, pero debes superarlo”, explicó.
LA SUBSISTENCIA, EL OTRO RETO
Pero para Daniel, la preocupación no solo es mejorar su rendimiento o tratar de cumplir con todas sus actividades, pues también debe resolver su subsistencia como deportista.
“Es difícil que te tomen en cuenta como deportista porque lamentablemente México no es un país que reconozca el deporte de forma masiva, solo está concentrado en un sector y hay muchos deportistas que necesitamos ese recursos y al no tenerlos debemos buscar apoyo en nuestro círculo cercano como la familia, pero también hay quienes te brindan su confianza. A mí me patrocinan una clínica de fisioterapia, una purificadora, una tienda de bicicletas, un taller mecánico de bicicletas”.
QUIERE CONQUISTAR EL CAMPEONATO NACIONAL
Esa confianza que le han entregado familia, amigos y patrocinadores, él se siente con la responsabilidad de dar lo mejor arriba de la bicicleta, por eso, tiene un objetivo claro.
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“Voy a correr el Nacional, el inicio será en febrero en Taxco, Guerrero, el 11 y 12 de febrero. Me estoy preparando muy fuerte, es el principal objetivo, voy a darle prioridad. Nos vamos a ir clasificando por puntos durante todas las carreras, voy a participar en la categoría juvenil y ya el siguiente año estaré en la élite, por eso este año buscaré ser campeón nacional. También voy a correr el Duatlón de Puebla y luego habrá otra carrera en Puebla, eso nos gusta porque nos va a mantener en un ritmo competitivo y eso nos ayudará a seguir mejorando”, indicó.
BULUMBIA, SU EMPRESA
A la vida de ciclista y aspirante a arquitecto, Daniel le sumó la de empresario pues desde octubre echó a andar una mensajería en la que hace entregas dentro de la ciudad en bicicleta.
“Durante la pandemia comencé a trabajar haciendo entregas de mensajería para cubrir mis gastos, porque se me fueron varios patrocinadores, para ellos no era viable. Pero con la zozobra de no saber cómo me iba a mantener siendo deportista y pensando en qué podía hacer que me gustara y que no le hiciera daño al planeta, abrí mi empresa en octubre, se llama Bulumbia, y hasta ahora la gente ha confiado en nosotros. Hemos llevado ropa, hasta puertas y nos asociamos con Pintumex para repartir sus pedidos”, señaló.
LOS SUEÑOS
Daniel Bolaños es un joven ejemplo en Puebla. A sus 23 años de edad ha transitado un camino lleno de obstáculos, pero que ha sabido superar y con todo el bagaje adquirido, tiene varios sueños que quiere cumplir.
“Mi vida deportiva ha sido un sueño, he sufrido y he llorado, pero la gran meta es llegar a un Mundial y tener la bandera de México en el pecho y un sueño más grande es tener el suéter de arcoíris que significa que eres campeón del mundo. Cuando empecé a estudiar arquitectura quería ser como Santiago Calatrava, pero ahora tengo una visión diferente porque el objetivo de la arquitectura en la actualidad es no construir, cuando subo las montañas y veo la mancha urbana y todo lo que está deshabitado me doy cuenta que lo que se necesita es trazar un nuevo modelo económico para no construir más y que todo lo que ya está construido se habite”.
“A mí me gustaría que Bulumbia sirviera como un reconocimiento al ciclismo nato, que la bicicleta sea vista como un modelo de negocio, pero también quiero asociarme con alguna mensajería y convertirme en su distribuidor”, finalizó.