Una ciudad tan beisbolera como Puebla no ha visto reflejado en los diamantes profesionales su pasión por la pelota, pues históricamente han sido pocos los peloteros nacidos en la entidad que han podido desarrollar una buena carrera, algo que lejos de desalentar a Carlos Hampshire, lo motiva a dejar huella.
A sus 16 años de edad, recibió una de las mejores noticias de su vida el pasado 11 de mayo, pues fue firmado por Pericos de Puebla para sumarse a su academia y convertirse en pítcher prospecto, por lo que, con los pies en la tierra, pero la mira puesta en lo más alto, ya sueña con poder trascender desde la lomita.
Su ídolo es el culichi de Los Dodgers de Los Ángeles, Julio Urías, y como él anhela llegar a Grandes Ligas, pero sabe que el camino no es fácil, por lo que con el respaldo de su familia está ansioso de seguir evolucionando, aunque es consciente que, si el beisbol de élite no se le da, la mecatrónica también podría ser su camino.
CON LA PELOTA DESDE LOS CINCO AÑOS
En entrevista con Crónica Puebla, el novato platicó que su papá, Raúl Hampshire –un gran beisbolista que si bien nunca llegó a la grama profesional sí le ha dedicado su vida al rey de los deportes–, fue quien le transmitió el amor a la pelota cuando tenía apenas cinco años de edad.
“Realmente fue porque mi papá siempre ha jugado beisbol y desde chico me llevaba a sus partidos, después mi hermano comenzó a entrenar y ya también me involucraron a mí cuando tenía cinco años, le empecé a tomar cariño, desde ir a los entrenamientos, ver los juegos. Lo que siempre quise fue jugar con mi papá, pero evidentemente por la edad no pudo coincidir el tiempo. Desde que tengo memoria mi papá siempre jugó beisbol, él fue buen beisbolista, jugaba de center fielder, de chico tuvo la oportunidad de firmar con un equipo profesional, lamentablemente no se dio como lo esperaba.
Él quería que yo fuera center fielder, pero nos dimos cuenta que tenía más talento como pítcher”, recordó.
LA PANDEMIA EVITÓ QUE FIRMARA CON OAXACA
Como prácticamente todo beisbolero en la ciudad, se incorporó a la Liga Zaragoza para continuar con su desarrollo a muy corta edad, y fue en el 2020, con 15 años, cuando recibió su primera oportunidad de acudir a una prueba buscando sumarse a alguna organización profesional, y aunque les llenó el ojo a los scouts de Guerreros de Oaxaca, la pandemia frenó su firma.
“Cuando entré a la Liga Zaragoza lo empecé a tomar más en serio porque tenía mayor competitividad porque todos nos queremos ir ganando nuestra posición, y eso me hizo ir mejorando. El año pasado surgió la oportunidad de irme a probar a Oaxaca, fue el primer equipo en el que me probé”.
“Hasta cierto punto iba verde, pero todo se había dado realmente bien, a pesar de que no había entrenado tan fuerte como se debía, porque todavía lo tomaba como un juego y no como algo en lo que podía tener futuro.
Aun así, les gustó mi forma de tirar, entonces iba a firmar con la organización de Alfredo Harp Helú, pero se atravesó la pandemia, ya no se cerró nada y nos dijeron que iba a ser un año perdido”, contó.
UN CAMBIO RADICAL
A pesar de ser tan joven, tuvo que tomar una decisión trascendental en su vida tras el intento fallido en Oaxaca, pues debía elegir entre darle total seriedad al beisbol y someterse a un intenso entrenamiento o seguir viéndolo como un simple juego.
Eligió la primera y pudo conocer a Alexis Luján, expítcher que perteneció a los Diamondbacks de Arizona, sin poder debutar, pero quien le hizo un cambio radical a su concepción del deporte y a su forma de lanzar.
“Después de lo de Oaxaca tuve la fortuna de conocer a un entrenador muy bueno que es Alexis Luján, que estuvo con los Diamonbacks de Arizona, aunque nunca jugó en Grandes Ligas, también jugó en República Dominicana, y en México no pudo jugar porque lo bloquearon por un pacto de caballeros. He estado con él por seis meses y me enseñó a tomar más en serio el beisbol, entrené más duro”.
“Antes los entrenamientos no eran buenos, en ningún equipo de los que estuve te daban trabajo especial para cada posición, fue hasta que comencé con el entrenamiento personalizado con el profesor Luján cuando noté un cambio, sobre todo físico, porque bien dicen que la fuerza de un pítcher está en las piernas, también mi forma de tirar, mi mecánica cambió”, dijo.
SORPRENDIÓ EN PRUEBA
Ya como un serpentinero renovado, Hampshire recibió una invitación para ir a una prueba, pero sin saber que sería en el Parque Hermanos Serdán y frente a la plana mayor de Pericos de Puebla con los scouts, el director deportivo Alfonso Chato López y el mánager, Carlos Gastélum, algo que le jugó en contra y aumentó su nerviosismo.
“Yo no sabía que iba a hacer una prueba para Pericos, creí que era para ver mis avances con el profesor. Fue en el parque Serdán, unas horas antes de un entrenamiento del primer equipo, me recibió Chato López, como cuatro coaches, el mánager, y atrás de mi otros jugadores, entonces ahí ya me puse nervioso, pero el trabajo que ya había hecho con Luján se notó a la hora de hacer los lances”, narró.
Trepado en la lomita de un parque que ha visto a Puebla cinco veces campeón de Liga Mexicana, Carlos perdió el temor conforme fue soltando el brazo, y pudo mostrar todas sus cualidades, sobre todo la velocidad, aunque también sorprendió a los scouts con un slider que terminó por convencerlos.
“Todos fueron muy amables, se dieron cuenta que estaba nervioso y trataban de calmarme porque sí te tensas, bajas tu velocidad, que es lo que les interesa, y al final creo que todo salió bien, lo más alto que tiré fueron 85 millas por hora, y en promedio estuve en las 83, también les agradó mi complexión y el movimiento del brazo. Lo que mejor manejo es el slider, de hecho cuando lo tiré en la prueba los coaches se emocionaron al verlo, fue lo que mejor me salió ese día porque estaba muy nervioso. En la recta sé manejar la de cuatro costuras y la de dos, pero en la prueba me pidieron la de cuatro”, apuntó.
EMOCIÓN INDESCRIPTIBLE POR SU FIRMA
Momentos de apremio vivieron él y sus padres una vez terminada la prueba, pues los trabajadores de Pericos tuvieron una reunión a solas sin dar muestras de la decisión que podrían haber tomado, hasta que Chato López se acercó a ellos y les dio la noticia que tanto esperaban, les ofreció un contrato como prospecto con el club poblano.
“Al acabar la prueba, me relajé, se reunieron los scouts y Chato López, veía que anotaban cosas en una liberta, después se nos acercó a mis papás y a mi Chato López, nos preguntaron que si teníamos compromiso con algún quipo, les dijimos que ya no, y nos dijeron que les había agradado mucho el movimiento de mi brazo, la velocidad, y nos preguntaron que si queríamos firmar con ellos, evidentemente mis papás se emocionaron, luego luego dijeron que sí, yo sentí mucha felicidad, pero también mucho alivio porque tenía la incertidumbre de saber si soy verdaderamente bueno”, indicó.
QUIERE SER INGENIERO EN MECATRÓNICA
En febrero pasado, Pericos dio el banderazo de inicio de la construcción de la que será la primera academia en la historia de la institución, la cual tendrá sede en Atlixco y que en breve se convertirá en casa de Hampshire para seguir con su evolución.
“Me van a mandar a la Academia en Atlixco, van a arrancar en dos meses. Mientras planean que tenga entrenamientos con el equipo para enseñarme cómo son los trabajos, desde cómo calentar y cómo se debe soltar”, comentó.
Pero a Carlos no sólo le enseñarán a subir sus números de velocidad o a aumentar su variedad de lanzamientos, sino también lo incentivarán para que tenga un crecimiento integral, por lo que como una condicionante de la organización, deberá seguir con sus estudios a la espera de ingresar el próximo curso escolar a la preparatoria, pero ya pensando en estudiar una Ingeniería en Mecatrónica en la universidad.
“También tocaron el tema de los estudios, que es algo que nunca se debe dejar y estamos todos de acuerdo, porque, aunque me hayan firmado, no hay seguridad de nada. Voy a entrar a la prepa y en la universidad me gustaría estudiar alguna ingeniería, tal vez en mecatrónica, porque la escuela será lo primordial para tener un plan B, en caso de que no pueda trascender en el beisbol”, precisó.
QUIERE DEJAR HUELLA
En la historia del beisbol poblano, han sido pocos los peloteros nativos que han dado el salto a la Gran Carpa, aunque uno hizo época como Aurelio López, campeón de Serie Mundial con Tigres de Detroit. Mientras que más recientemente César Vargas lo intentó con los Padres de San Diego y ahora Jaime Meléndez pertenece a Astros de Houston.
Por ende, Hampshire quiere dejar huella y engrosar la lista de jugadores nacidos en la entidad que probaron el mejor beisbol del mundo, por lo que quiere seguir los pasos de su ídolo Julio Urías, además de que copia movimientos y mecánicas de serpentineros estelares de la MLB, como Jordan Hick, de los Cardenales de San Luis, y también las habilidades con el bat del dominicano de Los Padres, Manny Machado.
“Tengo expectativas altas, me gustaría que alguien me viera como ahora yo veo a jugadores como Julio Urías o a otros jugadores de Grandes Ligas. También me gustaría tirar en Liga Mexicana y también en la del Pacífico, sería increíble. Además de Julio Urías, también me gusta mucho cómo lanza Jordan Hicks, de ellos dos intento tomar cosas y seguirlos como pitchers porque me encantan sus mecánicas y la forma en la que tiran. Como jugador de base me encanta cómo juega Machado, a pesar de que no es pítcher, porque cuando me toca batear, también lo intento imitar. Son muy pocos los poblanos que han estado en Grandes Ligas, y es algo que también me gustaría ser de los que mas huella dejen no sólo aquí en México, también allá”, concluyó.