Las hazañas del multimedallista olímpico jamaiquino Usain Bolt se han convertido en un reto para el velocista poblano Gerardo Lomelí, quien con 18 años sueña con superar al atleta más veloz hasta ahora, aunque por el momento es paciente ante lo que prometía ser un año de suma trascendencia en su carrera, pero que la contingencia sanitaria por coronavirus se encargó de convertir en un stand by que le ha ayudado a crecer en otros aspectos de su vida.
BOLT, EJEMPLO A SEGUIR
Marcado como el hombre más rápido de la historia al lograr el récord de 9.58 segundos en los 100 metros durante el Campeonato Mundial de Alemania en 2009, el jamaiquino Usain Bolt se convirtió en una leyenda del deporte.
Ese registro, además de sus ocho medallas olímpicas y cuatro títulos mundiales, motivan al poblano no solo para emular lo hecho por el caribeño sino para superarlo, una meta que acepta puede sonar como una locura, pero está convencido que cuenta con la calidad y la disciplina para lograrlo.
“Quiero ser el mejor de todos los tiempos, admiro a Bolt por todo lo que hizo, por cómo lo hizo, de dónde vino, de la persona que era, de la persona en que se convirtió y yo quiero ser mejor que él, por la misma admiración que le tengo quiero probar que cualquier persona puede hacerlo, creo que tengo al capacidad para ser como él, en llegar a los Juegos Olímpicos y romper el récord mundial, quizá y se oiga algo descabellado pero en unos años cuando tenga el récord decir: ‘los que no confiaron en mí ya vieron que sí pude’, quiero ser el mejor de todos los tiempo”, subrayó Lomelí.
PAUSA AL SUEÑO OLÍMPICO
El frenesí que vivió en 2019 con la obtención de las medallas de oro en la Olimpiada Nacional y un récord nacional que le valió ganar el Permio Estatal del Deporte, este año se convirtió en desaliento y decaimiento, ya que tenía diseñada una agenda en la que se definiría un posible pase a los Juegos Olímpicos de Tokio, además de la participación en un mundial, pero la pandemia de COVID-19 apareció y las competencias fueron canceladas.
“Este año había dos eventos importantes, primero el relevo 4×100 con la selección mexicana donde estábamos en búsqueda de clasificar a los Juegos Olímpicos, que obviamente es un sueño para mí, aunque mi meta es clasificar en pruebas individuales para París 2024. La contingencia nos dio en la torre porque el Mundial Juvenil que iba a ser en Nairobi, Kenia, se pospuso, aunque viendo lo positivo a las cosas este año me dio más tiempo de preparación, para estar en mejor condición para tratar de dar guerra en ese campeonato”, resaltó.
PERIODO DE TRISTEZA
Si bien ahora toma con filosofía y encuentra el lado positivo de la suspensión de competencias, el proceso de asimilación fue complicado al borde de caer en una desmotivación que lo tuvo un breve lapso sin entrenar.
“En un principio yo dije: ‘bueno, si está en cuarentena China, tarde o temprano nos van poner en cuarentena aquí en México, entonces el mundial creo que se va a suspender o lo van a posponer’, aunque luego dudé que si no lo posponían ¿dónde iba a entrenar? porque el lugar donde entreno es en la Universidad de las Américas y obviamente la iban a cerrar, por lo que estaba agüitado, porque venía de una preparación muy dura para mí”, resaltó.
Sin embargo, el espíritu indomable de Lomelí poco a poco lo motivaron a retomar los entrenamientos, pero ahora en casa.
“Empezó la cuarentena y me puse manos a la obra porque desde la primera semana o dos semanas no hice nada, estuve descansando, aunque después dije: ‘esto va para largo’, y tuve que ponerme a entrenar en mi casa, por mi cuenta hasta ahora, porque no quería perder todo lo que ya había trabajado y así pude enfocarme en otras cosas más específicas, por ejemplo: fuerza en la espalda, fuerza en los brazos y técnica”, consideró.
PEDRO TANI, LA CLAVE
Si pudo salir del estado de desmotivación en gran parte fue gracias a su entrenador, el cubano Pedro Tani, ganador del Premio Estatal del Deporte en 2016 y formador de destacados atletas en la entidad, quien lo impulsó y le inyectó la energía que necesitaba para recuperarse y retomar el trabajo, haciéndolo consciente de que, gracias a su corta edad, su abanico de posibilidades para competir aún es lo suficientemente amplio.
“Estaba triste porque a todas las competencias internacionales a las que iba a ir se cancelaron, tenía la ilusión de que igual y en una de esas daba la marca olímpica ahí y clasificaba también en la categoría individual. Fue algo desalentador, pero en el momento que vi a mi entrenador me dijo: ‘tú no te preocupes, no pasa nada, tú sabes que te queda un año en la sub-20, entonces incluso se puede posponer el Mundial y te puede quedar un año para ir y ganarlo, no pasa nada porque tenemos un año más para prepararnos para Juegos Olímpicos’. Y eso fue lo que me dio ganas de seguir trabajando, fue mi entrenador el que mi hizo abrir los ojos”, resaltó.
QUINTO MÁS RÁPIDO DEL ORBE
Velocista desde los ocho años y atleta de alto rendimiento a los catorce, el poblano tuvo en 2019 un año de ensueño, teniendo como punto culminante una marca personal que lo colocó entre los mejores del orbe.
“El proceso de 2019, desde que inició hasta que terminó fue muy arduo, porque la preparación física fue un esfuerzo que compartimos mi entrenador, yo y mi familia. En ese entonces estaba concentrado en la Olimpiada Nacional y obtuve un récord nacional en 200 metros planos y tres oros, mientras en el Campeonato Nacional, que organiza la Federación Mexicana de Atletismo, gane dos oros, un récord nacional y el pase para ir al Nacac. En dicha competencia conseguí en la semifinal de los 200 metros una marca personal de 20.87 segundos para colocarme como el quinto mejor del mundo en la categoría Sub-18”.
CONSTRUYENDO UN CAMPEÓN
Lomelí apenas alcanzó la mayoría de edad, pero sus objetivos son los de un atleta de alto rendimiento, que ha basado su trabajo en dos valores innegociables: la disciplina y la perseverancia, los cuales le han ayudado a potenciarse y convertirse en una de las mayores promesas del atletismo en el país.
“Obviamente cada uno tiene diferentes puntos de vista de cómo lograr destacar, mi entrenador tiene un punto de vista más técnico y desde mi punto de vista creo que la disciplina y perseverancia son la fórmula, porque nadie nace siendo campeón y en el momento que me comprometí me di cuenta de que quiero ser alguien importante, por ello tienes que fijarte una meta y mentalizarte”, consideró.