Cuando sus piernas ya no pueden, su corazón lo impulsa a seguir adelante, ese es el secreto de Juan Patjane, ultramaratonista oriundo de Tehuacán, quien en la montaña ha encontrado la manera de trascender y ser feliz.
Su mayor cualidad no es la de poder correr competencias de 200 millas en condiciones sumamente complicadas, su real fortaleza es el dominio mental que ha adquirido para no flaquear ante los momentos de sumo cansancio.
Orgulloso de su municipio y su estado, los ha representado en eventos de élite como el Mont Blanc, en la cordillera de los Alpes o el reto de Ehunmilak, en Beasain, del país vasco, donde a pesar del sufrimiento que conllevaban ambas pruebas, se mantuvo estoico.
DE ESCALAR A CORRER EN MONTAÑA
Su pasión por el trail o carrera de montaña le surgió casi por accidente, porque su primer contacto con la montaña fue para hacer alpinismo.
“Haciendo montañismo, tengo unos 10 años, porque teniendo el Pico de Orizaba tan cerca pues era de ir seguido y así es como empecé con mis primeros acercamientos, aunque fue poco a poco, primero nomás llegaba al refugio, luego más arriba, después hacer cima”, indicó.
El cambio llegó cuando unos amigos lo invitaron a una competencia de 25 kilómetros en el Iztaccíhuatl, pero el día de la carrera lo dejaron plantado.
“En algún momento me invitaron unos amigos a inscribirnos a una carrera de 25km que se llamaba La Ruta de los Dioses, ahí en el Iztaccíhuatl, y realmente no sabía cómo estaba el tema de las carreras. Quedamos en ir,
pero por azares del destino, mis amigos no fueron, y estando allá otra persona que resulta ser de Tehuacán también lo habían dejado plantado y me dijo que me echara el de 60 con él, no sé, pero me convenció y pues los hice, por fortuna los terminé, era una ruta bonita y más porque días antes había caído una nevada, así que buena parte fueron con nieve densa, estuvo medio salvaje esa vez, y fue un debut pesado, pero me enganchó”, comentó.
PROBÓ EL ASFALTO
Esa primera prueba lo enganchó, pero a su vez lo asustó, ya que, debido a su poca preparación, terminó con serias afectaciones físicas, por lo que antes de regresar a correr a la montaña, probó hacerlo en el asfalto.
“Regresé muy contento de esa carrera, con la sensación de que cuál seguía, pero fue un inicio brusco, de cero a 60 kilómetros, el cuerpo quedó muy resentido, muscularmente muy mal porque no llevaba preparación para eso. De ahí me empecé a inscribir a medio maratón, hice unas carreras en Tehuacán de 30 kilómetros, luego el Maratón de Ciudad de México, me regresé un poco para retomarlo y le bajé a la distancia y ya más consistente, incrementé los días para correr”, precisó.
CUMPLIÓ EL SUEÑO DEL MONT BLANC, EL TRAIL MÁS PELIGROSO DEL MUNDO
Ya con un mayor fondo físico, regresó a los trails subiendo cada vez más la distancia y el nivel, también con el objetivo de sumar puntos que le permitieran clasificar a competencias de élite.
“Mi siguiente ultramaratón fue en abril de 2016 en el Ultramaratón de las Altas Montañas, de 60 kilómetros, ya llevaba un año de estar corriendo en forma. Después participé en el Trail de Huasca de Ocampo, en Hidalgo y cumplí mi meta de mis primeros cien kilómetros. Ya en 2017 me metí más de lleno, fui mejorando, no acababa tan destrozado y mejorando mis tiempos porque pasé de hacer 19 horas los 100k a hacer 15”, dijo.
Con la confianza a tope, en diciembre de 2017 se inscribió al Mont Blanc, considerado el Trail más peligroso del mundo, con 170 kilómetros sobre los Alpes recorriendo Francia, Italia y Suiza.
“A 2017 lo considero como de consolidación personal, porque ya las corría más en forma, sentía que había subido un escalón en cuanto a preparación y me inscribí al Mont Blanc, ya me daban los puntos de las competencias que había hecho, tenía la confianza de haber hecho un 100k, entonces como iba a ser en agosto, todo 2018 fue de preparación, aunque fue algo complicado, porque en enero tuve una lesión fuerte y tuve que parar unos cuatro meses”, dijo.
Acostumbrado a superar complicaciones, Patjane participó en la carrera y más allá de preocuparse por su resultado o su cronómetro, se dedicó a disfrutarla.
“Sí me costó por la lesión, pero afortunadamente pude retomar, dos meses me preparé bien y con eso me fue afortunadamente bien, la terminé, con todas las complicaciones, pero fue maravilloso porque sí es el sueño de los corredores, y para mí sobre todo por cómo se dio ese año hizo que me sintiera agradecido, ya no pensando en el resultado sino de disfrutarlo, ver lleno de corredores es como una especie de Disneylandia del Trail, te encuentras corredores de élite, les pides la foto y pues fue una fiesta total”, recordó.
ESTUVO CORRIENDO POR 46 HORAS EN EL PAÍS VASCO
Después de su experiencia en los Alpes, fue en búsqueda de otro reto y lo encontró en el país vasco, donde participó en 2019 en el llamado reto de Ehunmilak en Beasain, el cual consta de 168 kilómetros.
“Pasando el Mont Blanc, que fue en agosto, lo que siguió fue hacer carreras en México para mantenerme y me inscribí a principios de 2019 en el reto de Ehunmilak en Beasain en España, por eso todo el primer semestre fue de preparación para llegar lo mejor posible, la disfrute, pero la sufrí muchísimo, el desnivel brutal, es una ruta técnica, la sufrí, incluso a media carrera la dudé de seguir, pero agarré ese segundo aire y sí la terminé, fueron 46 horas y media de estar corriendo”, señaló.
TUVO ALUCINACIONES DURANTE LA CARRERA
Esa ocasión no sólo estuvieron a prueba sus piernas, sino también su fortaleza mental, porque el dolor corporal lo hizo encontrarse con lo que llama demonios internos que lo incitaban a parar, pero pudo dominarlos.
“Entre más cuesta más se disfruta después, esa es la única vez que he pensado en abandonar una carrera por el dolor que estaba sintiendo, pero tuve un golpe de fe y dije ‘hasta que truene’, fueron dos noches corriendo, salimos viernes en la tarde y terminé domingo, ya en la segunda noche ya aparecen los demonios internos, la fatiga, mentalmente hasta alucinaciones, sí fue dura, pero el hecho de conseguirlo es que lo disfruté muchísimo y es de las satisfacciones más grandes que he tenido”, indicó.
POR LA PANDEMIA SE DESMOTIVÓ
Con sus logros, quería comerse en mundo, visualizaba un 2020 lleno de competencias y aún más retos, pero llegó la pandemia, se cancelaron todas las carreras y sintió como si le hubieran cortado las piernas, la desmotivación lo acechó.
“En enero de 2020 alcancé a ir a una carrera de ochenta kilómetros, pero en marzo se vino la pandemia y fue duro porque a los corredores tratamos de ser disciplinados, pero la motivación son las competencias, fue un año de estar entrenando sin saber cuándo íbamos competir, era desgastante porque no había gimnasios, tenía que improvisar en la casa, correr solo, en zonas donde no había gente, así meses sin saber hasta cuándo las carreras, fue una año complicado, pero creo que me dejó mucha disciplina, de entrenar por el simple hecho de entrenar, por constancia y nada más, me hizo reforzar esa parte y lo mental”, afirmó.
2021, SU REGRESO Y A CORRER LAS 200 MILLAS
Tras la pausa obligada, en el 2021 volvió a las competencias y por fin logró uno de sus grandes propósitos, el correr las 200 millas, las cuales hizo en Oaxaca y que le demandaron 73 horas corriendo.
“En 2020 pude hacer algunas carreras para recaudar fondos y en 2021 fue retomar e inscribirse a la mayoría, y un día me apareció la publicidad de las 200 millas de México que se hacen en Oaxaca, se me metió la idea, entré, fue en julio y quedé en quinto lugar, empezó en Zimatlán, cerca de Oaxaca, y terminó en Cerro Hermoso que es la playa que está cerca de Puerto Escondido”, comentó.
ORGULLOSO TEHUACANERO
A la espera de que este 2022 le permita seguir corriendo en la élite, Patjane también busca seguir poniendo en alto a su municipio, ese que presume con otros corredores nacionales e incluso en las carreras del extranjero.
“Es bonito representar a Puebla, me gusta mucho y con mucho orgullo hablo de que soy de Tehuacán, de Puebla, ando llevando muéganos para repetir en las carreras, incluso echamos bromas con los jarochos, los de México, diciendo que somos mejores los de Puebla”, declaró.
Juan Patjane es un asombroso ultramaratonista que en los senderos de las montañas ha encontrado su lugar en el mundo, que a pesar de terminar con las piernas cansadas y lastimadas, ama lo que hace, y por eso incentiva a que más personas conozcan este deporte.
“Soy de las personas que invita al trail, a lo mejor no de que vengan y hagan un ultra, mi invitación va más lo que es correr en montaña, va más allá del deporte y lo saludable, es una terapia, va más allá de los kilómetros, pueden ir a correr cinco o diez kilómetros y eso te va cambiando el día, la forma de ver las cosas, lo que invito a la gente es ir a correr y distraerse a la montaña, es único y conforme lo vayan haciendo vean qué distancia les va gustando, porque es un deporte bonito y noble”, dijo.