A su modo, en su código los atletas en Tokio vuelcan el ánimo: las nadadoras canadienses celebran su plata que les sabe a oro; el campeón Chase Kalisz abraza al segundo lugar, Jay Litherland; y ahí está el puño cerrado de Yui Ohashi, ganando en casa, el rugido de Ivona Dadic de Austria en el salto de altura y las sonrisas de los relevistas del 4×200 que le dieron el oro a Reino Unido.