Que sea un partido para recordar por mucho tiempo, con una comunión entre jugadores y afición que los lleve a darle la vuelta a la llave y meterse a semifinales, es lo que anhela Nicolás Larcamón para el encuentro de este sábado entre Puebla y Atlas en el estadio Cuauhtémoc, en donde la Franja espera hacer respetar su historia y salir avante.
Luego de la mala presentación en el encuentro de ida en el estadio Jalisco en donde cayeron por 1 a 0, los camoteros velan armas para recibir a los zorros en el inmueble dos veces mundialista, el cual Larcamón espera se vuelva un templo encendido por los aficionados y que se conviertan en el jugador número 12 que necesita el equipo.
“Que (los aficionados) enciendan el Cuauhtémoc, tiene que ser un templo en donde la afición genere una comunión con los jugadores, que sea de esos partidos que los recordemos por muchos años por lo que fue la sinergia, lograr ese Cuauhtémoc bien encendido y ganen el partido, que apoyen hasta el último minuto, que el equipo va darlo todo para lograr esa clasificación que nos merecemos”
VOLVER A SER GRANDE
En su última rueda de prensa previa al partido que dará inicio a las 6 de la tarde de este sábado, el argentino prometió que los enfranjados mostrarán una cara diferente a la del miércoles, haciendo alusión a las características que los llevaron a terminar en el tercer lugar general, pero también a las que lo tienen como uno de los cuadros históricos del futbol mexicano.
“El Puebla tiene que ser el Puebla y va ser el Puebla, que va mostrar carácter, determinación, equipo, mucho equipo, y nos tenemos que plantar todos juntos, tenemos que ser un bloque, todos los enfranjados saltar a la cancha y vivir hasta el último instante el partido, lograr esa clasificación todos juntos, el Puebla debe ser el Puebla que tradicionalmente fue, de los equipos grandes de la liga y es una gran noche para demostrar que queremos volver a esos lugares de privilegio que siempre tuvo la historia del club”
TABÓ AFUERA, ORMEÑO ADENTRO
En información que pudo obtener Crónica Puebla, se confirmó que el uruguayo Christian Tabó quedó descartado para el choque ante los rojinegros, debido a que presenta un edema en la parte posterior del muslo derecho provocado por la fuerte contractura que sufrió en la ida, la cual lo obligó a abandonar el partido al minuto 20.
Quien entraría a reemplazarlo será Santiago Ormeño, el goleador del equipo que no fue titular en los últimos dos encuentros, pero a quien el técnico Larcamón confirmó entre los once iniciales para el duelo que tendrá como árbitro central a Diego Montaño.
“(Su suplencia) Fue una decisión táctica en donde la idea era que entrara en el complemento, que tenga asegurado un nivel de intensidad en dos partido que se juegan en 72 horas, el plan estaba previsto para que él sea parte de ese completo en el Jalisco y sea titular como lo va ser mañana, es importante para los momentos decisivos, vino aparejado del partido con Santos, mediáticamente generó run run que no haya jugado, pero Santi es titular y tiene todo el apoyo, que por más que haya planteado la posibilidad de que no jugara el primer tiempo en el Jalisco no quiere decir que el haya cambiado su relevancia y protagonismo en el equipo y mañana va mostrar la valía que tiene y el equipo lo va respaldar”.
COMO CUANDO FUE CAMPEÓN
Para los creyentes de las coincidencias, el Puebla tendrá enfrente la posibilidad además de igualar el camino que trazó en las dos temporadas que fue campeón, pues además de haber terminado en tercer lugar general, como en la 1982-1983 y en la 1989-1990, también cayó en la ida de los cuartos de final, y ahora deberá emular lo hecho en esas dos ocasiones dándole la vuelta al global en el Cuauhtémoc.
En la 82-83, inició su andar rumbo a su primer título de Liga perdiendo en la ida ante Tecos en Guadalajara por 2 a 1, pero al regresar a Puebla, le pasó por encima al cuadro universitario por 3 a 0 y se metió a semifinales para después llegar a la final en la que derrotaron a Chivas.
Mientras que en la 89-90, su presentación en la Liguilla fue desastrosa ante Correcaminos, perdiendo en Tamaulipas por 3 a 1, aunque al volver a la Angelópolis y tras un airado regaño del entonces dueño, Emilio Maurer, la Franja ganó por 3 a 1, y no paró hasta ser campeón.