Las grandes personas, mujeres y hombres, han comentado en todos los sentidos cómo se puede llegar a tener mayor edad habiendo disfrutado de la vida.
“No te acuerdes”, “no cuentes los tiempos, ni los días, ni las horas; solo disfrútalos” porque, como decía George Bernard Shaw: sólo un loco celebra que cumple años.
El loco olvida que la salud y el dinero son para echar mano de ellos, como decía la reina Cristina de Suecia.
La vejez es soportable –decía un maestro– sólo cuando se tiene un ideal o un vicio.
Pero argumentan los compadres: el vino es malo, hace daño, decía uno; el otro contestó: el agua es peor, porque si no la tomas te mata.
Estar pensando en la edad es una tiranía que nos prohíben, bajo pena de vida, todos los placeres de la juventud “no hagas esto”, “no tomes aquello”, “no vayas”, “fíjate bien”.
Por cierto, decía también François de la Rochefoucauld que los ancianos gustan de darnos buenos consejos para consolarse, ellos, de no poder darnos malos ejemplos.
En fin, la infancia, la juventud, la ancianidad son sólo costumbres que imponen los que no conocen la vida en su realidad, los que limitan la búsqueda de la felicidad.
Son aquellos que aconsejan a la mujer o al hombre a casarse con un arqueólogo o arqueóloga, pues entre más edad se tenga, se volverá uno más interesante para tal profesionista.
En tiempos como los de hoy, hay que buscar lo positivo en cada momento y cada día, no las amarguras, por ello transcribo un artículo que encontré en un viejo libro, como recorte de periódico, que nos dice:
¡Coma tranquilo y no haga ejercicio!
El Dr. Paulo Ubiratán es el director médico del Hospital de Porto Alegre, en Brasil. Este es el extracto de una entrevista en la televisión local, donde se le preguntaba sobre temas de alimentación y deporte:
El corazón está hecho para latir una cantidad de veces determinadas. No desperdicie esos latidos en ejercicios. Su periodo de vida se gastará, independientemente de su uso.
Acelerar su corazón no va a hacer que usted viva más. Eso es como decir que usted puede prolongar la vida de su coche conduciendo más de prisa. ¿Quiere vivir más? Échese la siesta.
Se necesita entender la logística de la eficiencia en alimentación. ¿Qué comen las vacas? Hierba y maíz. ¿Qué es eso? Vegetales. Entonces un filete es el mecanismo más eficaz de colocar vegetales en su sistema. ¿Necesita comer cereales? Pues coma pollo.
El vino está hecho de fruta. El brandy es un vino destilado, lo que significa que se elimina el agua de la fruta de modo que usted saque mayor provecho de ella. La cerveza también está hecha de cereales. No limite demasiado su consumo.
Mi filosofía: si no tiene dolor, no haga nada, ni ejercicio. Está usted bien.
Hoy en día, la comida se fríe en aceite vegetal. La verdad es que el alimento queda impregnado de aceite vegetal. ¿Cómo puede ser que más vegetales añadidos sean perjudiciales?
La gimnasia no ayuda a reducir la obesidad. Ejercitar un músculo lo único que hace es aumentar el tamaño de ese músculo.
El chocolate es cacao. Otro vegetal. Es bueno para ser feliz. La vida no debe ser un viaje para la tumba, con intención de llegar sano y salvo, con cuerpo atractivo y bien preservado.
Lo mejor es emprender el camino, con una cerveza en la mano y un bocadillo en la otra. El mejor final es haber tenido mucho sexo y un cuerpo completamente gastado, totalmente usado, gritando: mereció la pena, ¡qué viaje tan extraordinario!
Un último consejo:
Les recuerdo que si caminar mucho fuera saludable, los carteros serían inmortales; las ballenas nadantodo el día, sólo comen pescado y sólo beben agua. Pero están gordas.
Las liebres corren, saltan y no paran, pero no pasan de 15 años de vida. Las tortugas no corren y no hacen nada, pero viven 450 años.
O sea, si tu mal no tiene remedio, no necesitas consultar al doctor, y si estas sano, pues igual.
Podrían agregar como conclusión la frase del sacristán: “Ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre”.
Aristóteles es pertinente: “En el término medio está la verdad”.
¿A quién hacerle caso? Posiblemente a Sócrates: “¡Solo sé que no se nada!”.
Pero siempre, enfermo o sano, para que lo oriente en su rumbo de vida, consulte al médico.