ES RELATIVO
Lic. Guillermo Pacheco Pulido
Hace unos meses, ante la falta de lluvia en Puebla, pensaba que los griegos tenían mucha razón. Por ejemplo, decían que todo lo que existía era porque la base del Universo era el agua; así lo detalló Tales, quien vivió en Mileto. Si no hay agua, no hay seres humanos.
Otro pensador griego explicó que estaba hecho de una masa viva que llenaba todo el espacio, masa que llamó “Universo”.
Pensaba que la Tierra, el Sol, las estrellas, el aire, los animales, los peces y el hombre se habían desarrollado a partir de esa masa original.
Anaxímenes de Mileto, filósofo griego, y en cierto modo contrario a lo anterior, afirmó que el aire era la base de todo, porque se convertía en carne, hueso y sangre.
El aire –dijo– podía transformarse en viento, nubes, agua, tierra y piedra.
Pitágoras dijo que el número era la base, los números se convertían en cosas, en entidades, y así se construía el Universo.
El filósofo griego Heráclito afirmó que el fuego era la materia original de la que estaba hecho el Universo, porque el fuego generaba el cambio y no la estabilidad.
Por eso escribió: “Uno no puede caminar dos veces por el mismo río, porque siempre está fluyendo más y más; son aguas diferentes. Nada permanece, nada es estable, todo lo que hay es cambio”.
Así siguieron los filósofos expresando sus ideas, como lo hizo Platón, quien a su extensa explicación la llamó “El mundo de las ideas”, donde el principio del Universo es la materia.
Los filósofos investigan y surgen opiniones; hasta la fecha sigue existiendo el debate sobre temas como: “¿Cuál es el lugar del hombre en el Universo?”, “¿Qué es el bien y qué es el mal?”, “El destino contra el libre albedrío”, “El alma y la inmortalidad”, “El hombre y el Estado”, entre otros.
Sostienen que los seres humanos debemos pensar, porque es la senda que conduce a la filosofía, y la filosofía a la felicidad y a la verdad.
S. E. Frost, en su libro Enseñanzas básicas de los grandes filósofos (Editorial Diana, México), nos ofrece un profundo recorrido por ese mundo filosófico que debemos conocer.
Lo anterior explora el complejo mundo de la filosofía y relacionarlo con nuestro presente y futuro, aplicamos lo que Voltaire y Rousseau señalaron: “El hombre no es más que otra máquina, aunque más compleja e interesante”.
Y, efectivamente, podemos confirmar que, ante la inteligencia artificial, somos una máquina deshumanizada con grandes consecuencias, desde luego, alejados de la filosofía del respeto al ser humano en su dignidad y esencia, aunque con algunas excepciones.
Esto no prejuzga los posibles beneficios de otras máquinas con inteligencia artificial. “Las máquinas serán más inteligentes que los seres humanos” es una afirmación firme para un futuro no muy lejano.
Se cometerán errores y surgirán situaciones negativas, según advierte Mo Gawdat en su libro La inteligencia que asusta (Editorial Diana).
“La humanidad está a punto de ser superada en inteligencia por las máquinas, y las consecuencias podrían ser nefastas”; las máquinas tendrán voluntad propia, podrían caer en manos de tiranos y delincuentes, y esto incrementaría el peligro y el desequilibrio social. La ciencia puede hacer mucho para evitar el uso indebido de la inteligencia artificial, y esperamos que no surja “la pandemia que se avecina”, en la que el hombre se convierta en máquina.
Ojalá siga prevaleciendo la filosofía griega, que es el encuentro reflexivo del ser humano con la felicidad, mediante la aplicación de la ética y la moral, fortaleciendo la dignidad humana.
No podemos negar lo positivo que puede aportar para la humanidad, ya que podría haber descubrimientos científicos importantes a favor del ser
humano.
Lo recomendable ahora es llamar a los jóvenes a estudiar estos temas, para que protejan su futuro material y espiritual, y con ello, protejan al ser humano, la ideología y el desarrollo positivo de la humanidad.
Debemos estar atentos a este tema. Algunos filósofos han resaltado la importancia de la función de pensar en las personas. René Descartes nos dijo: “Pienso, luego existo”, frase esencial en la filosofía.
Sócrates expresó: “Solo sé que no sé nada”, una frase que ha generado muchos debates a lo largo de la historia.
Confucio afirmó: “Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, entonces estás peor que antes”.
La idea de pensar está revolucionando el sistema educativo al establecerse como base de la educación, alejándose de la memorización para formar hombres y mujeres libres, autónomos y con personalidad propia, guiados por el humanismo, personas que se valoren y respeten a sí mismas.
Esto, y mucho más, en beneficio del ser humano: “pensar para vivir”.