Es Relativo
Lic. Guillermo Pacheco Pulido
Esta es un frase ancestral que nos explica que «el hombre es el lobo del hombre», su peor enemigo.
Cuando hablamos de temas sociales, todo tiene que ver con el ser humano. De ahí parte la pregunta ¿qué es el hombre?
Seguro habrá muchas respuestas filosóficas. Se nos comentará sobre «la naturaleza humana». Por ejemplo, Aristóteles decía que la naturaleza humana se caracteriza por tener atributos únicos, como la necesidad de vivir en sociedad, como la capacidad para razonar del propio ser humano.
Se señala también que la naturaleza humana es el conjunto de emociones, fantasías, pasiones, imaginaciones, pensamientos ajenos, más los propios, y esto aleja a las personas del uso de la razón.
En otros aspectos se dice que la naturaleza humana está hecha de egoísmos, envidias, complejos, vanidades, tabúes, situaciones que le impiden ver el valor de otra persona, más aún si pertenece a un área de manipulación humana: comercial, política o social.
Hay que reconocer que –con escasez– hay naturalezas humanas que se han construido con autenticidad, razón, verdad, con comprensión de otros seres humanos.
Lo antes señalado es porque queremos llegar a entender una de las razones –que son muchas– que crean la desigualdad, la genera la propia naturaleza humana, es decir, el hombre mismo.
Las frías y reales estadísticas mundiales son escalofriantes y hasta peligrosas en cuanto al imperio que se ha formado con la pobreza. Por ejemplo, en el mundo, la máxima expresión es el fenómeno de la migración.
No estamos contra nadie, solo queremos encontrar las causas y posibles soluciones de la desigualdad. No es un tema ideológico pues, como dice Adam Smith, «la riqueza de las naciones es el trabajo, y solo el trabajo es lo que genera».
Lo anterior no es nada nuevo, ni se liga a ideologías. Desde el libro La política de Aristóteles, se decía que la verdadera diferencia entre la democracia y la oligarquía tiene que ver con la pobreza y la riqueza.
Entre paréntesis habría que darle una lectura a Filosofía moral de Adam Smith.
Busco la razón en la naturaleza humana y evoco la frase del filósofo inglés Thomas Hobbes utilizada en su libro El Leviatán, en donde explica que el estado natural del hombre lo lleva a «una lucha continua contra su prójimo», y todo ello impide la convivencia humana. Nos está señalando que la naturaleza del hombre es una de las múltiples causas generadas de la miseria.
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El ser humano no ha sido definido ni en lo individual ni en lo colectivo. Hay un libro llamado Contra la desigualdad, de Alejandro Canales Cerón y Dídimo Castillo Fernández (Editorial Akal), en el que se formulan preguntas sobre si la desigualdad depende de los talentos humanos. Se reconoce que todos tenemos un talento o capacidad para algo, pero ese algo no está valorado por el ser humano socialmente, o está mal valorado.
La cuestión de fondo no es que la desigualdad surja del mayor talento o mérito de una persona, sino del hecho de que el talento, la capacidad o el mérito tiene un valor social determinado, respecto de los de otras personas.
Veamos la frase que da a entender que la naturaleza humana valora a otros seres humanos, ese valor social que crea el hombre genera pobreza, margina y discrimina.
El supuesto valor social crea estereotipos a los que se sujeta a todas las personas, estereotipos y subjetividad de los que construyen ese «valor social».
Ejemplo: un deportista con talento en una disciplina es valorado socialmente con grandezas y publicidad porque juega muy bien. Esa valoración la realiza la subjetividad del hombre masa y ello genera una diferencia grandiosa en el orden económico de ese jugador y no de los demás de su equipo.
Para esta sociedad, el «hombre lobo» destruye económicamente a los demás seres humanos. Entre el jugador y un ciudadano común hay un gran abismo económico. Los ciudadanos comunes han sido mal valorados por ese hombre masa. Recordemos a Ortega y Gasset en su libro La rebelión de las masas en donde nos describe a estos seres humanos por su forma de actuar, no de pensar. Viven del estereotipo y sujetan a los demás a vivir con esos estereotipos, no con su pensamiento ni su voluntad.
El tema de la igualdad no es político, ideológico o electoral. Es una realidad en la que no se ha aclarado.
El público en el deporte es la gran masa humana que califica, se dice subjetivamente su razonar, solo en el uso de esa pasión. La psicología de las masas de Gustave Le Bon explica cómo la masa humana crea mayor desigualdad.
Esta es la condición humana del «lobo del hombre» que crea sociedades débiles y pobres. Esta es una sola razón de las muchas que generan desigualdad.
Conclusión: si la subjetividad del lobo te aplaude, la riqueza es tuya. Si el hombre lobo no razona el beneficio a la sociedad de un maestro emérito, el maestro no tiene derecho más que a un diploma…