Es relativo
Lic. Guillermo Pacheco Pulido
En el mundo convulsionado en el que está viviendo esta generación, necesitamos de los mensajes que nos hagan ver los triunfos de hoy con algo de esperanza y que fortalezcan el entusiasmo.Serán la interpretación y uso de las palabras cotidianas los que nos den su apoyo para entender cómo actuar y seguir viviendo en estas complejas etapas de la sociedad.
Se nos explica que “convulsionado” significa tener una célebre alteración repentina e incontrolable de la actividad eléctrica en el cerebro donde se provocan cambios en el comportamiento de las personas, en sus movimientos, en los sentimientos y en los propios niveles de su conciencia y su conducta diaria.
Ello se produce por las circunstancias en las que vive y se desarrolla una persona, como ver y sufrir delincuencia; violación a las leyes morales, éticas y sociales, o como trastornos de salud.
Al caso, debemos colocar en nuestra mente palabras o hechos que eviten caer en el estrés que generan enfermedades y convulsiones de toda índole.
Se considera que el correcto empleo de las palabras es casi siempre la mejor medicina para evitar dichas convulsiones.
Saber interpretar la palabra es lo que hace al ser humano grande o pequeño, valiente o pusilánime.
Me acordé de un libro, del Doctor Ramón Martínez Lana, intitulado “El entusiasmo como motor del éxito”.
El “entusiasmo” es una palabra griega que se traduce como “poseído por un Dios inspirado”.
En esa palabra se contienen algunos temas que considero necesario citar para alejarse del estrés.
Nos dice que la palabra entusiasmo parte de un oráculo que se creía inspirado por la divinidad. Se entendía como “exaltación y fogosidad el ánimo”.
Nos señala el autor que “en el entusiasmo hállase siempre el elemento divino elevando la actividad humana: la unión entre ambos traslada al hombre a la visión de mundos desconocidos al común de los mortales.
Hácelo partícipe de las delicias de los dioses, esclarece a sus ojos los horizontes de la especulación filosófica.
Enciende en su fantasía ideales sublimes y le fortalece para realizar las creaciones estupendas del genio.
Abraza sus entrañas con llamas de patriotismo, y templadas en las energías de los héroes, lánzalos a las altas empresas propias sólo de la divinidad”.
El entusiasmo, en otro aspecto, es impulsado por los efectos positivos del valor de la sonrisa.
No cuesta nada, pero crea mucho.
Enriquece a quienes reciben, sin empobrecer a quienes dan.
Ocurre en un abrir y cerrar de ojos y su recuerdo dura a veces para siempre.
Nadie es tan rico que pueda pasarse sin ella y nadie tan pobre que no pueda enriquecer por sus beneficios.
Crea la felicidad en el hogar, alienta la buena voluntad en los negocios y es la contraseña de los amigos.
Es descanso para los fatigados, luz para los decepcionados, sol para los tristes y el mejor antídoto contra las preocupaciones.
Pero no puede ser comprada, perdida, prestada o robada, porque es algo que no rinde beneficio a nadie, a menos que sea brindada espontánea y gratuitamente.
Y si en la extraordinaria afluencia de último momento alguien está demasiado cansado para brindarle una sonrisa, ¿podemos pedirle en cambio que nos deje usted una sonrisa suya?
Porque nadie necesita tanto una sonrisa como aquel a quien no le queda ninguna que dar.
Prank Irving Fletcher
Alfonso Reyes nos decía sobre la sonrisa.
La sonrisa es inmediatamente útil para el mantenimiento corpóreo.
Antes del pensamiento filosófico o de la verdadera creación artística, la sonrisa es la primera desviación de la estricta gravedad vital.
Desviación levísima, declinación casi imperceptible y que acaso es la misma flor de la plenitud orgánica, del bienestar fisiológico; pero que desarrollada, llegará a las mayores alturas del idealismo: a juzgar al mundo como fantasía o capricho del pensamiento.
La sonrisa es la primera opinión del espíritu sobre la materia.
Cuando el niño comienza a despertar del sueño de su animalidad, sorda y laboriosa, sonríe: es porque le ha nacido el dios.
Alfonso Reyes
El libro que citamos tiene un amplísimo campo que, como lo señala el autor:
El entusiasmo es motor de todo, de las emociones y de los pensamientos de las actitudes que condenen al éxito.
No olvidemos que el secreto del éxito es el entusiasmo.
Quien asume con entusiasmo los riesgos puede perder, pero quien lo asume sin entusiasmo lo más seguro es que pierda.
A nadie le faltan riesgos en la vida, lo que les falta es entusiasmo.
Parece que fue Séneca el que dijo:
Lo que les da valor a las cosas pequeñas es el entusiasmo.
Mensaje de su amigo “El Entusiasmo”.
Síganme.