Es relativo
Lic. Guillermo Pacheco Pulido
En el teatro griego, y también en las obras teatrales de William Shakespeare, todos los actores eran solamente hombres, y utilizaban, al actuar, una máscara que tenía un doble objeto: uno, el de representar al personaje, y otro, servir como micrófono.
Se creó con ello, la palabra persona, cuya etimología es: PER=para, y el verbo sono=sonar.
Es importante recalcar que el uso de la máscara está registrado desde los egipcios, griegos y romanos.
Si hablamos de la sonrisa que representa a la alegría, la máscara representa a Talía, la musa alegre de la comedia.
Si se habla de la tristeza, representaba a Melpómene, que significa el drama de la vida.
Algunos de los actores no usaban máscaras, sino que pintaban sus rostros, dando paso a los payasos, el bufón o el cómico, quienes participaban en puestas de escena que hoy son conocidas como circo.
La máscara tiene una dimensión cultural. Todos los pueblos tienen una historia al respecto y han influido en las nuevas generaciones.
Cuando se usa, puede tener expresiones psicológicas de representar al otro ser que quisiéramos ser o que podíamos haber sido. Un uso para demostrar deseos reprimidos. Es, incluso, un uso psicológico utilizar máscaras en determinadas fiestas y eventos.
Este tipo de usos, lleva a afirmar que por vivir en sociedad, el ser humano, como parte de su personalidad o como persona, necesita sus máscaras.
Robert Greene autor del libro Las leyes de la naturaleza humana enseña a controlar las emociones, ilustra en cómo leer mejor las intenciones de los demás, como ver detrás de las máscaras y, en su caso, como modificar nuestros comportamientos negativos.
El libro, creo, es un curso importante para aprender las mejores tácticas del autoconocimiento, el éxito y la autodefensa frente al mundo de las máscaras.
Tenemos que aprender cómo saber lo que sucede detrás de las máscaras, es importante por las propias relaciones que se tienen a través del paso del tiempo.
Desde luego el libro que mencionamos es todo un tratado sobre las leyes de la naturaleza humana, hay que leerlo y releerlo.
Explica muchas situaciones de la vida, por ejemplo: “La gente se pone la máscara que la haga verse mejor; de diligencia, seguridad, humildad”.
La máscara dice las cosas correctas. Sonríe y se muestra interesada en nuestras ideas. Aprende a ocultar su envidia e inseguridades.
Si confundimos esta apariencia con la realidad, jamás conoceremos sentimientos verdaderos y, en ocasiones, su resistencia, hostilidad y manipulaciones nos tomará desprevenidos.
Por fortuna, esas máscaras tienen grietas. Las personas dejan ver sin cesar sus verdaderos sentimientos y deseos inconscientes en señales no verbales, que no pueden controlar por completo: expresiones faciales, inflexiones de voz, tensión corporal y gestos nerviosos.
Tú debes dominar este lenguaje y transformarte en un intérprete superior de hombres y mujeres.
Armado de este conocimiento, tomarás las medidas defensivas apropiadas.
Por otro lado, como la gente te juzga por tu apariencia, aprende a presentar tu mejor fachada y a desempeñar tu papel con gran efecto.
A lo largo de los siglos, a varios escritores y pensadores que han estudiado a los seres humanos desde fuera les ha impresionado la teatralidad de la vida social.
La cita más famosa a este respecto es de William Shakespeare: “Todo el mundo es un escenario, y todos, hombres y mujeres, son meros actores. Todo tienen sus entradas y sus salidas y cada hombre en su vida representa muchos papeles”.
En el teatro tradicional, los actores representaban sus papeles con el uso de máscaras, y por eso escritores como William Shakespeare dan a entender que todos las usamos constantemente.
Pasa casi lo mismo con el Carnaval, dicen que proviene de fiestas paganas, donde se divierten con toda libertad, pero para guardar su prestigio y privacidad se usaba la máscara, antifaces, ropajes.
El ropaje se ponía en relación a la mentalidad o conflictos internos; la fiesta se conocía como mascarada.
A lo mejor es aconsejable consultar a “nuestro yo”, para checar en el tránsito de nuestras vidas cuantas veces hemos usado la máscara para bien o para mal.
La máscara dice cuál es la verdad:
Lágrima = Engaño
Alegría = Tristeza
Promesa = Mentira
Beso = Traición
Alabanza = Envidia
Sonrisa = Puñalada
Beneficio = Fraude
Regalo = Te ilusiona
Y así seguimos por el mundo; nos acordamos de la máscara del mexicano cuando dice; mañana te pago.La verdad es: no lo volverás a ver.
Serás feliz y emocionalmente equilibrado si te propones ver más allá de las máscaras de la gente en todas las etapas y fases de tu vida.
Sobre el tema es recomendable recordar al poeta Juan de Dios Peza, con su majestuoso poema Reír llorando y el Gran payaso de David Garrick.
“Cuantas veces al reír se llora… el alma llora, cuando el rostro ríe”.
“El Carnaval del mundo engaña tanto que las vidas son breves mascaradas, aquí aprendemos a reír con llanto y también a llorar con carcajadas”.
No hay que perder esa máscara.