Dulce Liz Moreno
El cáncer de riñón diagnosticado en 2018 puso fin a la vida de Héctor Bonilla ayer. El actor cumplió 83 años el 14 de marzo.
Fernando, uno de sus tres hijos, comunicó en redes sociales que el aclamado productor y actor de Rojo Amanecer falleció en su casa, acompañado de sus personas más allegadas.
Compartió también el epitafio que el ganador de dos premios Ariel escribió para sí mismo hace años:
“Se acabó la función, No estén chingando. El que me vio, me vio. No queda nada”.
Fue el menor de los seis hijos de Rodolfo Alfredo Bonilla Cortés, quien nació en Tetela de
Ocampo, Sierra Nororiental de Puebla, hombre que sin dinero alguno se fue a los 16 años a la Ciudad de México y terminó tres carreras: maestro de educación física, médico homeópata y profesor normalista.
“Soy hijo de un gigante”, decía Héctor Bonilla cuando ha hablaba de su padre, quien fundó la Normal Rural de Ayotzinapa.
El actor Héctor Bonilla nació en la capital del país y vivió en la colonia Cuauhtémoc.
Él mismo platicaba que en secundaria, su maestra de literatura lo encaminó al escenario a los 15 años, actuó por primera vez y tuvo la conciencia de que el público fue tocado por su interpretación.
En 1962 protagonizó Puños de oro, historia de un violinista que se vuelve boxeador, que lo afianzó en su convicción de estudiar teatro.
Desde preparatoria, entrenó futbol americano como mariscal de campo y estuvo a un paso de la liga mayor.
El teatro fue su pasión.
Dejó la carrera de derecho para dedicarse a la actuación; estudió en la Escuela Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes de México.
En 1968, ensayaba el protagónico de Fuente Ovejuna, con Julissa, bajo la dirección de José Luis Ibáñez, cuando este último decidió suspender la puesta en escena.
Entonces, Bonilla fue llamado a actuar en Acapulco y viajó hacia la locación.
Por ese traslado, no estuvo en el mitin de Tlaltelolco el 2 de octubre de ese año, donde el gobierno federal ordenó la matanza de estudiantes.
Con la conciencia de difundir el impacto de la masacre, produjo a fines de los 90 Rojo Amanecer con Jorge Fons como director, autorizada por el presidente Carlos Salinas de Gortari para asegurarse la reputación de gobernante crítico.
El segundo nombre del multipremiado actor fue Hermilo, en honor de su abuelo paterno, zapatero originario de Tetela de Ocampo que tuvo 12 hijos.