Por: Ray Zubiri/ www.rayzubiri.com
La Farándula
La misma sorpresa me lleve yo cuando leí que será hasta la primera semana de octubre de 2022 cuando México logre tener cero casos de coronavirus, según un reporte del Modelo Evolutivo COVID-19 publicado por la Universidad Autónoma Metropolitana.
Esto quiere decir que probablemente en diciembre de 2022 pueda disfrutar el Cascanueces o la Navidad con Santa en Puebla o Ciudad de México.
Este estudio de la UAM, por lo menos, es más esperanzador, ya que a decir de los estadistas y expertos las estimaciones tendrán que esperar hasta siete años para observar la desaparición completa de la pandemia con el ritmo actual de vacunación, o sea que si fuera un ritmo musical seria quebradita.
Y todavía habría que en comendarse a “El Santo, el Enmascarado de Plata” para que no nos sumáramos a las estadísticas de letalidad que día a día aumentan y esto hace que disfrutar un concierto esté en largas, pero muy largas vías de lograrse.
Mientras algunos empresarios se han arriesgado por hacer sus conciertos streaming, muchos de ellos bastante desafortunados y otros que no llegan ni a mil personas conectadas, lo cual no genera los ingresos necesarios para que –en esta nueva modalidad– nuestros artistas favoritos y a su staff puedan vivir.
En otros lugares del mundo ya han intentado hacer los autoconciertos, pero han quedado lejos de que se pueda disfrutar auditivamente bien alguna presentación, al final del día son intentos que se agradecen, pero que no están llenando las expectativas, y qué decir del Teatro en casa o de cualquier espectáculo que se haga a través de la web, que están muy distantes de atrapar a sus seguidores, dejando como opción disfrutar un show en alguna plataforma digital o salir a comprar un DVD y verlo en la comodidad del hogar.
Una idea, aunque buena y atractivamente visual, fue la de Flaming Lips, banda de rock estadounidense que metieron a cierto número de personas en una especie de burbujas, como las que se usan para caminar sobre el agua, en Oklahoma.
La idea es buena, aunque no deja de asemejarse a un autocinema o al autoconcierto, estas burbujas, pueden llevar en su interior un máximo de tres personas y ahí dentro los espectadores tienen un audio, un ventilador, una botella de agua, una toalla y un letrero: “Tengo que orinar/hace calor aquí”, para que el staff te lleve a los servicios sanitarios.
El futuro aún es incierto, mientras muchos se mueren de ganas por salir de su casa, otros bendicen al universo por poder respirar un día más. Bill Gates ha dicho que esto es sólo una probadita, ya que vendrá virus potencialmente mortal y muy infeccioso 10 veces peor del que estamos viviendo, lo dijo en 2015 y a cinco años de distancia se está cumpliendo.
En algo que coincido con Bill Gates, muchos creen que una vez vacunados todo va a regresar a ser como antes, pero hay cambios se van a quedar para siempre, como el trabajar desde casa o las juntas de trabajo por zoom.
Una vez que se acabe esta pandemia ¿usted volvería a meterse en la multitud de gente en un concierto?, ¿volvería a socializar en un lobbie de un recinto de espectáculos?, ¿volvería a tomar cerveza de los cubeteros de una arena de lucha libre o de un estadio de futbol? Todo parece indicar que la gente socializará menos, entonces ¿seguirá habiendo conciertos como antes?…
¡Pueden irse en paz, esta columna ha terminado!
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