Garganta Profunda
Arturo Luna Silva / [email protected] / Twitter: @ALunaSilva
Este 1 de septiembre, tras una larga, tensa y accidentada votación, una noche antes, Alejandro Armenta se convirtió en el segundo poblano en la historia que preside el Senado de la República. Sólo el ahora gobernador, Miguel Barbosa Huerta, había tenido esa responsabilidad y ese honor. El panorama en la Cámara Alta, en donde pareciera haber una disputa frontal con el presidente de la República, ha cambiado. También se ha cimbrado, es innegable, en Puebla la ruta hacia 2024.
Las lecturas son muchas y son locales y nacionales.
Comencemos por el panorama general.
El triunfo, apretado y hasta cardiaco, de Alejandro Armenta en la elección por cédula para la presidencia de la Mesa Directiva, es de Ricardo Monreal Ávila, el coordinador de la bancada morenista.
Fueron 65 votos, apenas 4 por encima del mínimo requerido, los que obtuvo el poblano.
El proceso evidenció una crisis que, finalmente, se superó en la sesión plenaria.
Ocurrió hasta en una tercera ronda y al filo del límite constitucional, de la medianoche del 31 de agosto.
A contrarreloj.
A contrapronóstico.
Y en una clara rebeldía de Monreal, que acompañaron en total 35 más de sus correligionarios, de los 64 que integran ese Grupo Parlamentario.
Las cosas apuntan a que, si bien Andrés Manuel López Obrador no tiró línea claramente, sí había señales de que su favorito era otro.
El texcocano Higinio Martínez Miranda, por ejemplo, que se disciplinó cuando le tocó bajarse de su aspiración a la gubernatura del Estado de México, que se diputará el próximo año.
Tampoco le tocó ésta.
Monreal le pega y muy duro a López Obrador con la designación de su pupilo Armenta.
Lo hace, además, en el marco de su Cuarto Informe.
Tiene incluso huellas de revancha, luego de que, eso sí inequívocamente, desde Palacio Nacional se dio la instrucción a los secretarios de Estado para que hicieran el vacío a Morena en su plenaria del Senado.
Eso terminó por molestar al grupo.
Esos 36 que en la votación interna respaldaron a Armenta también expresaron un malestar por el desdén del Ejecutivo.
Este caso ofrece a Armenta una gran oportunidad de convertirse en el puente que reconstruya la relación entre la bancada de Morena en la Cámara Alta y el presidente.
No será nada fácil.
Alejandro Armenta está ahora en las grandes ligas.
Algo que tal vez él ni siquiera imaginó nunca.
En los actos oficiales del presidente tendrá la posibilidad de verse con Andrés Manuel López Obrador muchas ocasiones durante el año legislativo, de este 1 de septiembre al 31 de agosto de 2023.
También mucha exposición mediática.
Ganará Armenta mucho terreno en esos rubros, aunque también por su agenda nacional podría alejarse de Puebla, en donde ha estado religiosamente recorriendo municipios cada fin de semana entregando arbolitos y hablando del litio.
Un asunto que no puede ser indiferente es que, en la jerarquía de cargos, se pone muy por encima de su primo, Ignacio Mier, quien es presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de San Lázaro, aunque es un cargo que recibe por la obviedad de ser el coordinador de Morena.
Con el enfrentamiento en el Senado, también hay otras señales directas para Puebla.
Surge la hipótesis de que el candidato a la gubernatura no va a ser, necesariamente, el que quiera imponer el presidente.
Queda claro que en Morena hay otros grupos con peso.
Por supuesto, el del gobernador.
Este no es un mal escenario para Barbosa.
Armenta se ve como “el menos malo” entre las posibilidades que representan él y su primo Mier Velazco.
La lógica indicaría que, entre los dos, de ser el caso, el mandatario va a apoyar a Armenta.
Un Armenta que, hasta donde se sabe, ha sabido acercarse y tender la mano.
Pidió consejo en donde debía.
Ofreció apoyo a quien debía.
Si no comete los errores y exabruptos clásicos en él, esa relación no tendría por qué complicarse.
Por supuesto, la llegada a la presidencia del Senado no significa, en automático, que Armenta ya sea el candidato hacia 2024.
No, para nada.
Pero esto, sin duda, lo fortalece.
Falta mucho todavía.
Pero si aprovecha este camino en el que ahora está, avanzará en el objetivo que se ha trazado.
Hay que recordar que el Senado produce gobernadores.
Puebla tiene en su historia dos ejemplos recientes.
La ruta tiene ahora nuevas veredas.