Garganta profunda
Arturo Luna Silva
[email protected] / Twitter: @ALunaSilva
La aprehensión del ex presidente municipal de Tecamachalco, Inés Saturnino López Ponce, por presuntamente haber obstruido la labor de la justicia e impedir el arresto de un delincuente de alto calibre, hace resurgir la sólida hipótesis de sus ligas con el capo huachicolero apodado El Toñín y otros. La voz popular en aquel municipio tiene una narrativa que describe la relación del furtivo criminal con autoridades. ¿Lo protegió Inés entre 2014 y 2018, cuando más creció esa actividad delictiva y cuando gobernó esa demarcación? ¿De qué nivel fueron sus compromisos e involucramiento?
Si bien Antonio Martínez Fuentes, el magnate del robo de combustible, tiene su feudo y cuartel en la comunidad de Palmarito Tochapan, municipio de Quecholac, su simbiosis con las otras municipalidades del llamado Triángulo Rojo, han sido siempre conocidas.
Inés, recordado por la violencia que ejerció en su administración, contra regidoras y funcionarios, también acuñó fama de tolerar grupos criminales.
La descomposición total de Tecamachalco ocurrió en su mandato de cuatro años 8 meses.
También fue la etapa en que más creció el huachicol en esa zona.
Junto con otras actividades criminales como el robo de vehículos, secuestros y una violencia generalizada.
Los delitos por los que fue detenido el político ex panista, luego del PSI y ahora otra vez panista, son desobediencia y resistencia de particulares y amenazas.
La orden de aprehensión es de 2021.
En esos días, El Toñín escapó al menos en dos ocasiones de la acción de la justicia.
Una ocurrió a principios de agosto de 2021.
Otra a finales de octubre de ese mismo 2021.
Son las que se conocen y se reportaron.
Pudieron ser más.
Inés ya no era alcalde.
Pero no ha dejado de tener influencia en Tecamachalco.
A ese municipio prácticamente sólo un puente lo separa de Quecholac.
La zona es de rápida comunicación.
También por esos días era común que Antonio Martínez desafiara a las autoridades repartiendo hortalizas a la gente, en sus tráileres.
Hasta transmisiones en vivo hacía, en redes sociales.
La base social con la que cuenta y que utiliza como escudo humano le han valido la posibilidad de escapar.
En su conferencia mañanera, el gobernador Miguel Barbosa Huerta fue muy cuidadoso de revelar datos de la investigación en torno al arresto de Inés Saturnino.
Sin embargo, dijo que su aprehensión se debe a que ayudó a escapar a un “delincuente mayor”.
“Iba a haber una detención de un delincuente mayor ese día, esa noche, cuando ocurrieron los hechos que le imputan al señor Inés Saturnino (…) fue una cosa muy relevante la que ocurrió”, explicó.
Agregó el gobernador que “ahí está hoy (el caso), en poder de un juzgado, y tendrán que determinar su presunta responsabilidad o no, la imputación y después su vinculación a proceso o no, pero ya es cosa del Poder Judicial y de la Fiscalía General del Estado”.
Inés Saturnino tiene también sobre sí sospechas de haber defraudado al erario de ese Ayuntamiento.
Muchas.
Denuncias formales.
Años después de haber dejado la presidencia municipal, desde donde tenía el poder para ayudar a El Toñín, viene el estallido de este tema.
La sombra del capo es pesada.
Muy densa.