Mariana Flores
Con un cortejo fúnebre compuestos por funcionarios de los tres niveles de gobierno, familiares, amigos cercanos a centenas de poblanos, Miguel Barbosa Huerta, gobernador de Puebla, hizo su último recorrido por las calles de la capital.
En el corazón del Centro Histórico se escuchaba la porra “¡Gobernador, gobernador!”, con la que familias poblanas recibían a las camionetas del cortejo, que partió desde la capilla Camino al Cielo.
Desde la 9 Sur, sobre la 5 Poniente, y hasta la 2 Sur, la avenida fue cerrada y fueron colocardas vallas para limitar el acceso.
Las personas rodearon el cerco queriendo acercarse para presenciar el primer homenaje.
A la cabeza de la caravana, patrullas de la Policía Estatal hicieron sonar las sirenas. El cuerpo fue ingresado a la sede del Poder Legislativo, ante la presencia de los 41 legisladores, todos de luto.
Luego, el cortejo avanzó sobre la misma calle hasta llegar al Palacio de Justicia –a una cuadra del Congreso Local–.
Entre aplausos y sirenas, avanzó el cortejo con dirección a Casa Aguayo, donde finalmente fue recibido por mariachis, sus vecinos del Barrio del Alto, a quienes se les solicitó varias veces La Feria de las Flores, canción con la que fue despedido.