Estoy con Edgardo Buscaglia en una de esas comidas adelantadas de fin de año.
Estamos en la casa de mi entrañable Marcela Jimenez, en el Fraccionamiento La Alfonsina, en Atlixco.
El murciélago de Wuhan está por aparecer en el mundo, pero aún duerme.
Octubre de 2019.
Buscaglia está de excelente humor y habla de todo: de sus estancias semestrales en New York, de su vida en una región de Italia, de su carácter de eterno exiliado errante.
Habla también de México.
De dos personajes en particular: Santiago Nieto y Alejandro Gertz Manero.
El experto en redes financieras del narcotráfico sabe que el fiscal general de la República mantiene una guerra sorda en contra del titular de la Unidad de Inteligencia Financiera.
Sabe también que es una guerra desigual, pues Nieto carece de los recursos económicos y materiales de Gertz.
Y pone ejemplos:
De más de trescientos archivos perfectamente documentados que ha enviado Nieto a la Fiscalía, únicamente tres casos —tres— han procedido.
—¿Por qué ese tortuguismo? —le pregunto.
—Porque hay muchos intereses económicos detrás de Gertz.
Tras un silencio obligado, dice que los capitales más fuertes del país pusieron a éste en la Fiscalía.
Pienso en Slim, en Salinas Piego, en los Hank…
Lo pienso y se lo digo.
Sólo sonríe y continúa el relato.
De Gertz pasamos a hablar de su perro favorito.
Han pasado dos años de esa conversación.
Me quedo con una frase final de Buscaglia:
“Esta guerra entre Gertz y Nieto la ganará el que tenga más influencia en Palacio Nacional”.
Qué dura frase, pienso ahora que la escribo.
Hace unas horas, Nieto fue defenestrado.
Imagino la expresión de Buscaglia, sí, pero sobre todo imagino la sonrisa de Gertz.
Santiago Nieto tiene enemigos muy poderosos.
Pero los peores no son los que usan balas.
Los verdaderamente peores son los que mandan WhatsApps con fotos e historias de terror.
Dudas que Matan. ¿Qué hará Santiago Nieto con los jugosos expedientes que fue armando a lo largo de estos años?
No los va a tirar a la basura ni los guardará en una bodega fría.
No se los va a dejar a Pablo Gómez, su heredero en el trono.
No los va a lanzar al mar.
Sabe mucho de todos, incluyendo a diputados y periodistas.
¿Se va a comer sus expedientes?
Y otras dudas:
¿Le quitarán los escoltas que lo acompañaban a todos lados debido a las brutales amenazas que ha recibido a lo largo de estos años o se los quitarán dejándolo en la más absoluta indefensión?
Si hay un personaje odiado durante la 4T, ése es Santiago Nieto, a quien esta vez no le faltó grandeza.
Cosas de la vida: hace unos días seguramente celebró la llegada de Emilio Lozoya a la cárcel y ahora éste debe estar celebrando la caída del ex poderoso personaje.
Nota Bene. Edgardo Buscaglia es el hombre que más sabe en el mundo sobre inteligencia financiera, delincuencia organizada, lavado de dinero y paraísos fiscales.
Una buena parte de sus excelentes libros publicados giran sobre esos temas que ahora están de moda en México.
A sus 60 años de edad, Buscaglia es un rockstar, una celebridad, con gran sentido del humor y de la conversación.
Como los grandes hombres, es cordial, modesto y sencillo.
(Sólo los ignorantes son pedantes).
De los doce meses del año, vive cinco en New York, cinco en Torino (Italia) y dos en México.
Y en el contexto de esta última etapa fue que vino a la hermosa casa que tiene en Atlixco la generosa Marcela Jiménez.
Muchas fueron las horas de conversación con Buscaglia.
Y muchas fueron las revelaciones brutales que surgieron.
La de hoy es una de éstas.
Leones como Corderos. Los enemigos de Genoveva Huerta están desesperados en su afán por quedarse con la dirigencia estatal del PAN.
Incluso han corrido la voz de que Casa Aguayo los apoya.
Nada más lejos de la realidad.
Pero a esa mentira le están apostando todo.
Algo que sí es cierto es que las llamadas para jalar adeptos salen desde el mismísimo Palacio Municipal de Puebla.
Quien los viera.
Parecen priistas al borde de un ataque de nervios.