¿Qué tiene Zacapoaxtla que se ha vuelto un refugio en temas notariales?
Desde ahí operan, clandestinamente, dos curiosos personajes: Margarita Mena Caritá y Paulo Rodríguez Cantellano.
El hipócrita lector se preguntará quiénes son los arriba citados.
La primera fue directora general del Notariado en Puebla hasta finales del año pasado y el segundo es el célebre notario 1 de Tepeaca que hoy por hoy está impedido de ejercer funciones debido a las decenas –¿o serán centenas?– de irregularidades que ha cometido.
Durante su época de zarina del notariado, la señora Mena Caritá se dio a conocer por sus malos modos y un ímpetu temerario que lindaba con la violación a las normas jurídicas.
Hay que decirlo: creó toda una épica de terror entre los notarios.
Nada que ver con quien la sucedió en el cargo: María del Carmen Rico Reyes.
Rodríguez Cantellano, en tanto, es un depredador en el ámbito del notariado que está ligado a toda clase de tramas de terror.
Una de éstas –la de Ciudad Modelo– acaba de llamar la atención de Tatiana Clouthier, secretaria de Finanzas de la 4T.
(Por cierto: uno de los autores principales de esa historia de despojos a campesinos –Jorge David Cortés Moreno– se acaba de estrenar como articulista en un diario local. En su colaboración hace una crítica velada al gobierno del presidente López Obrador. Cuánta audacia para tan poco Choco Milk).
Desde hace unos días, Mena Caritá se ha venido presentando como operadora de la notaría 1 de Zacapoaxtla, cuya titular es María de los Ángeles Cabrera Ricart.
Con un lenguaje ajeno al que manejó como titular del Notariado (es decir: sutil y amable), doña Margarita anda ofreciendo sus servicios como si la notaria fuese ella.
Por su parte, Rodríguez Cantellano opera –sin llamar la atención– toda clase de asuntos: desde despojos –materia en la que es experto– hasta otra clase de asuntos.
Qué bonita doble estampa serrana de estos actorazos del cine nacional.
“El Augusta”
La escena también ocurrió en la sierra norte.
Fecha: domingo 14 de noviembre de 2021, día de las elecciones panistas que tuvo como protagonistas a Augusta Díaz de Rivera y Genoveva Huerta.
Con huaraches gastados, con rebozos para espantar el frío, varias señoras indígenas caminan con paso rápido por un camino lleno de charcos.
Llevan prisa.
Un vecino las ve y no tarda en preguntar:
—¿A dónde van, comadritas?
—Vamos con don Memo porque nos va a pagar por los votos que acabamos de poner.
—¿Por quién votaron?
—¡Por el Augusta! Hasta fotos les tomamos a los votos.
Hasta hace poco, don Memo era un genovevista declarado.
Días antes de la elección dejó de responder llamadas.
Y es que un operador de “el Augusta” y “del Lalo” lo compró por unos pesos.
Don Memo, a su vez, compró a otros.
El domingo pasado los panistas crearon un género inédito de trata.
No hablamos de la trata de personas (que en el pasado reciente fue la trata de blancas), sino de la trata de militantes.
La fórmula es idéntica:
Atraes, compras, prostituyes.
Ahora queda claro el tuit que Pablo Montiel soltó el domingo pasado luego de publicar resultados que favorecían a “el Augusta”: “¡Pa’ que aprendan!”.
La duda mata:
¿Pa’ que aprendan a respetar o pa’ que aprendan a prostituir?
Y hay quienes dudan todavía que este domingo perdieron todos los panistas.
Hasta “el Augusta”.