Tras ministrar la ordenación de tres sacerdotes y siete diáconos, ayer, el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, aseguró que la Iglesia católica no ha sido punto de contagio de coronavirus y encomendó “exagerar todo lo que ya parece exagerado” en cuidados y protección.
La ceremonia matutina fue muestra de adhesión a los protocolos antitransmisión del virus más letal del tiempo moderno: doble cubrebocas y la Catedral angelopolitana con mínimo de visitantes. Familiares y amigos de sacerdotes y seminaristas se abstuvieron de presenciar la consagración, evento de máximo nivel para quienes deciden dedicarse al sacerdocio.
En la más reciente misa dominical, Sánchez Espinosa había recordado a los feligreses que 45 sacerdotes han muerto por coronavirus en Puebla; ahora, dijo, el trabajo de todos los ministros y líderes en templos debe acentuar la protección a la salud.
Los sacerdotes ordenados son Héctor Mora Juárez, procedente de la parroquia de Asunción (Zacatlán), Leonel Báez Téllez. Parroquia (Juan Bautista Acozac) e Isidro Cortés Lara (Francisco de Asís Cuetzalan). Irán a San Pedro Zacatlán, la parroquia Guadalupe Volcanes y Pueblo Nuevo.
Son nuevos diáconos –seminaristas con tareas de liderazgo, predicación y pastorales– en las comunidades Gastón Pérez Enríquez, Marco Antonio Arroyo Osorio, Jesús Alejandro Hernández González, Fausto Salazar Hernández, José Alberto García Cortés, Martín Flores Tercero y José Luis Félix Arce.