Claudia Espinoza y Dulce Liz Moreno
El camino para que el hombre que hace cinco años quemó con ácido a Esmeralda Millán, apenas comenzó ayer.
Fidel tuvo de su lado las decisiones de la autoridad judicial para que 14 veces se pospusiera el proceso.
Es padre de los dos hijos de la mujer a quien violentó desde que comenzaron a vivir juntos, cuando ella era aún adolescente.
Esmeralda decidió separarse para siempre del hombre al que ha acusado de violencia sexual y golpes y fue a vivir con su madre.
Un día, el hombre intentó secuestrarla, arrastrándola hacia un mototaxi, pero al pedir auxilio a gritos, dos vecinos la ayudaron a librarse del agresor.
El 2 de diciembre de 2018, de madrugada, las dos mujeres salieron y, en la calle, fueron emboscadas y sometidas por tres hombres.
Uno de los tres era Fidel, quien vestía la misma ropa que la noche anterior, cuando fue a ver a la chica de entonces 23 años, embozado, roció ácido en cara, cuello y pecho de Esmeralda quien, al gritar, también recibió un chorro de químico dentro de la boca, que le quemó lengua, garganta, tráquea y esófago.
El líquido corrosivo también salpicó a la madre.
Por el dolor, Esmeralda perdió el sentido.
El ácido le quitó la vista del ojo derecho y durante tres meses, hospitalizada, no pudo comer, por la gravedad de las lesiones en el tracto digestivo.
Entrevistada por este diario, Esmeralda precisa las consecuencias de la agresión: por meses, debido a las lesiones, no pudo trabajar, lo que empeoró su situación económica.
Se quedó sin dinero para hacer frente a medicamentos y curaciones. Familiares y amigos la ayudaron con lo que pudieron, pero fue insuficiente y la recuperación se prolongó.
La defensa de Esperalda pide para el agresor la pena máxima por tentativa de feminicidio, en el Centro de Justicia en San Andrés Cholula.
Los investigadores Bolívar Narváez, Verónica Flores y Mario Zavala aseguran que la desfiguración facial grave e irreversible constituye un daño de profunda afectación a la salud mental y física de la víctima, una forma de arrebatarle la calma e infligir dolor agudo.