Claudia Espinoza
En la última década, el crecimiento de la población, actividades industriales y comerciales generó que el 44.5 por ciento del suelo poblano haya tenido cambios en su uso, además de un aumento en la deforestación y presencia de organismos modificados que alteran la biodiversidad en la entidad.
De acuerdo con el estudio “Hacia la estrategia estatal de Conservación y Uso Sustentable de la Biodiversidad”, realizado de forma conjunta por autoridades estatales, federales e investigadores de universidades como la BUAP, UNAM e Iberoamericana, entre las amenazas más importantes está la sobrepoblación en áreas metropolitanas de las ciudades de Puebla y Tehuacán.
También se registraron cambios en los ecosistemas poblanos al introducir especies exóticas que desplazan a las especies nativas: en el caso de plantas, el eucalipto; en peces, la carpa y la tilapia; en aves la perdiz roja, y mamíferos como el jabalí europeo, el ciervo rojo y el venado cola blanca texano.
Otro de los problemas ambientales que reporta es la contaminación del agua, donde el caso más grave es en la Cuenca del Río Atoyac; además de mala calidad del aire y un retraso en la modernización del sistema de disposición y manejo de residuos.
Medio kilo de basura
diario por persona
En el caso de la basura, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), reportó que en México se recolectan en promedio 107 mil 056 toneladas de desechos diariamente, es decir, 854 gramos por persona y son generadas principalmente en viviendas, calles, avenidas y parques.
Más de la mitad que se genera en todo el país se recolecta en siete entidades federativas, Puebla se coloca en el séptimo puesto con 3 mil 998 toneladas diarias, mismas que son el 3.7% del total nacional.
En la entidad, hay nueve municipios que utilizan el servicio de recolección de otras comunidades, pues 208 sí cuentan con un área específica para ese fin, aunque, el documento registra hasta el año pasado sólo 10 rellenos sanitarios oficiales para su tratamiento, dos sitios controlados, pero 82 que incumplen con la NOM-083 de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales.
El tratamiento que se le da a la basura sólo incluye en la entidad separación, trituración y compactación, el texto resalta la importancia de incluir sistemas de composteo y digestión anaerobia que permitirían utilizar los componentes de desechos de alimentos y el gas que se emite por la basura.
Deforestación avanza
en áreas urbanas
La reducción de las zonas arboledas en Puebla, principalmente en la región centro ha aumentado en los últimos años. La Comisión Nacional Forestal registra que entre los años 1980 y 2019 se registró pérdida de bosques, debido a la apertura de nuevas parcelas agrícolas y la deforestación por la extracción de madera y carbón con una afectación de 2 mil 678 hectáreas, un 10 por ciento de las 20 mil registradas.
Las amenazas a las últimas masas forestales de la ciudad son la construcción de desarrollos habitacionales, la presencia de plagas y los incendios forestales, en sitios como el Parque Nacional La Malinche, La Calera y Flor del Bosque.
En el estado hay 15 áreas naturales protegidas (ANPs), tanto federales como estatales, localizadas principalmente en los límites de la entidad, y que son compartidas con los estados de Veracruz, Oaxaca, Tlaxcala y Estado de México; sin embargo, en estos sistemas de áreas protegidas están todos los ecosistemas como son el bosque tropical caducifolio y el bosque mesófilo de montaña, localizados en las regiones Mixteca y Sierra Norte (Totonacapan).
Agua, la tarea
del tratamiento
La Comisión Nacional del Agua ha establecido en su reporte de 2019 que prácticamente todos los cuerpos superficiales de agua del país sufren de algún grado de contaminación.
El caso del río Atoyac, en la zona metropolitana de Puebla, es el más documentado por ser uno de los afluentes más contaminados del país debido a las descargas agrícolas, industriales y domésticas.
Se calcula que el 66% de las descargas a su flujo se realizan sin tratamiento y el restante solo se trata de forma primaria o deficiente sin cumplir las normas oficiales mexicanas de la materia.
En enero de este año, autoridades federales además de la de Puebla y Tlaxcala realizaron una nueva revisión al acuerdo de protección y tratamiento de agua en esta zona, donde al cierre de este 2023 se tiene previsto un aumento de 50 por ciento en la cantidad de empresas que ya tienen su sistema individual.
Incluso, el pasado 29 de marzo, el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina anunció que este año quedará lista la primera etapa de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales en Huejotzingo.
Además, instruyó a la Secretaría de Planeación y Finanzas a destinar una partida específica al saneamiento y cuidados del Río Atoyac.
Calidad del aire, a la baja
Con el aumento en la actividad volcánica, la calidad del aire fue a la baja, de acuerdo con las mediciones de las cinco estaciones que forman parte del Sistema de Monitoreo de la Calidad del Aire, aunque, desde que se retomó el proceso de verificación en enero y esta revisión, no ha sido necesario aplicar el programa Hoy no circula por incremento en contaminantes en el aire.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Información de la Calidad del Aire (Sinaica), el Real-Time Air Quality Index y autoridades locales, en lo que va de 2023, 11 estados rebasaron los límites del Índice de Calidad del Aire, afectados por la presencia de incendios forestales.
En dos de ellos fue decretada por primera vez una contingencia ambiental: Hidalgo y Jalisco.
Ante esta situación, los especialistas que participaron en el texto “Hacia la estrategia estatal de Conservación y Uso Sustentable de la Biodiversidad” señalaron que aunque hay avances en Puebla, se debe orientar la política hacia un desarrollo sustentable, vincular los beneficios de la biodiversidad con la sociedad, fomentar el ecoturismo.
Además de aplicar y dar seguimiento al marco legal relacionado con el cuidado de la biodiversidad, donde se otorgue jurisdicción y poderes a cuerpos públicos y a las comunidades locales para la conservación de la biodiversidad, y promover espacios para la participación pública.