Jesús Peña
De enero a mayo, las remesas para Puebla se estiman en mil 30 millones de dólares, 31.5% más respecto al mismo periodo del año pasado, aumento que, lejos de impicar gasto, obliga al ahorro, pues en septiembre la inflación subirá a 8.5 ó 9%.
Así lo indicó Anselmo Salvador Chávez Capó, investigador de Administración Financiera y Bursátil de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
Los recursos captados por Puebla, a 20.6 pesos por dólar, equivalen a 21 mil 218 millones de pesos. Banco de México (Baxico) reporta que en esos cinco meses el país recibió 22 mil 413 millones de dólares por remesas, es decir, 461 mil 707 millones de pesos.
“A lo que más destina la gente las remesas, cuando le llegan, es comida y vestido, pago de deudas, compra de vehículos, salud, vivienda y misceláneos.
“En este momento, con la pandemia, las mujeres ponen a trabajar el dinero que les mandan sus parejas porque saben que, en cualquier momento, van a regresar”, dijo.
Explicó que el aumento de remesas –tanto para Puebla como para el país– se debe a que los migrantes mexicanos están trabajando más en Estados Unidos, lo que a su vez significa que más gente sale de sus lugares de origen para mejorar su economía.
“Hace un año, la entidad poblana captó 4.1% de las remesas que llegaron a México; hoy es el 4.6%”, comentó al estimar que 15% de la población nacional labora en el vecino país del norte.
Chávez Capó precisó que con el próximo ciclo escolar, que significa adquisición de varios productos, la inflación podría oscilar entre 8.5 y 9%, cuando en junio llegó a 7.88%, por lo que llamó a planear el gasto, en especial quienes reciben dinero del extranjero.
Indicó que en octubre y noviembre disminuye el envío pero vuelve a subir en diciembre.
Puebla no aguantaría aislamiento
El investigador Anselmo Salvador Chávez Capó señaló que en Puebla, con 60% de su Producto Interno Bruto (PIB) en el sector servicios, “no puede pensarse” en un nuevo confinamiento por la quinta ola de COVID-19.
Los contagios obligan al aislamiento y se reduce la oferta, se genera temor en los clientes y se detiene el proceso productivo, en hoteles, restaurantes, gimnasios y escuelas, entre otros giros, indicó.
Un ejemplo –dijo– es China: con alto nivel de contagios, sus cadenas productivas no terminan de articularse, lo
que genera escasez de microcomponentes, crisis que afecta a la industria automotriz mundial, como pasa en Puebla con VW y Audi.
Por ello, Chávez Capó agregó que actualmente no se puede hablar de crecimiento económico, sino de recuperación económica, para concienciar que, primero, debe volverse a los niveles prepandemia y, luego que eso se logre, pensar en crecer.