Sólo dos de cada diez negocios dedicados a la vida nocturna en Puebla sobrevivieron a la pandemia, y de estos la mitad se vio obligada a cambiar de giro, principalmente a restaurante, para poder mantener sus puertas abiertas.
A los negocios considerados de vida nocturna en la capital poblana son bares, antros, cabaretes, discotecas y table dance, de los cuales existen registrados 459 establecimientos formales, de acuerdo con el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas del Inegi.
Esta situación fue lamentada por Guillermo Méndez Morales, representante de la Asociación de Empresarios de la Vida Nocturna, quien expuso que si bien cambiar sus actividades a restaurantes es una salida para que estos negocios continúen abiertos, es un hecho que no están acostumbrados a este giro, además de que sus ingresos son menores.
Destacó que cada unidad de negocio genera entre 20 y 50 fuentes de empleo directas, además de otras indirectas, por lo que al ayudarlos a regresar a sus actividades se impulsará la economía de las familias que dependen de ellos.
A su vez, Marco Espinosa, gerente general de Corporativo Chávez, recalcó que el cambio de giro fue la última opción para muchos negocios que deseaban mantenerse abiertos, aunque a muchos les costó invertir en la renovación de sus espacios y tuvieron que disminuir la planilla laboral.
Apuntó que en muchos corredores de la ciudad conocidos por tener varios centros nocturnos ahora se ven letreros de “se renta”, debido a que ocho de cada diez tuvieron que cerrar sus puertas en los últimos meses, pues no soportaron mantenerse cerrados durante el primer año de la pandemia.
SIN RESOLUCIÓN POR PARTE DE LAS AUTORIDADES
Méndez Morales comentó que desde finales del año pasado se buscó la colaboración con Protección Civil Estatal y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para presentarles los protocolos en los que se trabajaron para la reapertura de estos lugares, pero no tuvieron éxito.
“En su momento se tuvo un acercamiento con autoridades estatales de Cofepris y Protección Civil donde nos solicitaron una carpeta, una planeación y presentar cómo podíamos trabajar. Se hizo un arduo trabajo de seis meses, se presentó y no fue favorable, no nos lo quisieron recibir y nos quedamos en ese estado”, sentenció.
Confió en que ahora con el esquema de vacunación de la población que normalmente tiene una vida social nocturna activa, el gobierno estatal reconsidere sus peticiones y de esta manera puedan abrir con los aforos que tienen los restaurantes y otros negocios.