Diana López Silva / Guadalupe Juárez / Jesús Peña
Puebla se convirtió en el estado número 14 de la República Mexicana en reconocer el derecho a la identidad de género autopercibida, conocida en Puebla como Ley Agnes, con el fin que los interesados soliciten una nueva acta de nacimiento para cambiar nombre y género.
El proyecto de dictamen con minuta de decreto, por el cual se reforman y adicionan diversas disposiciones del Código Civil, fue presentado por las diputadas morenistas Estefanía Rodríguez Sandoval y Vianey García Romero.
La discusión de la iniciativa comenzó con un minuto de silencio en la LX Legislatura, en honor a la principal promotora de la ley de identidad de género en Puebla, Agnes Torres, defensora de los derechos de la comunidad trans, asesinada el 9 de marzo de 2012.
La Ley Agnes fue aprobada con propuestas modificatorias hechas por la diputada Rocío García Olmedo (PRI), con el propósito de evitar que el proyecto original planteado invada facultades del Congreso de la Unión y, en consecuencia, evitar que sea inconstitucional. La diputada exhortó a sus pares a dar el reconocimiento “de manera real y sin simulaciones”.
Las correcciones de García Olmedo fueron respaldadas por los diputados de las diferentes bancadas, para evitar que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) les “corrijan la plana”.
La identidad de género autopercibida se define como: “la condición personal, interna y tal como cada persona se percibe a sí misma, la cual puede corresponder o no al sexo asignado en el registro primario, incluye la vivencia personal del cuerpo que podría o no involucrar la modificación de la apariencia o funcionalidad corporal siempre que la misma sea libremente escogida”.
NUEVA LEGISLACIÓN
Las reformas al Código Civil de Puebla obligan a las autoridades competentes, como el Registro Civil o autoridad del municipio o juntas auxiliares donde se haya hecho el registro primigenio, a reconocer el derecho a la identidad, lo cual se otorgará con el levantamiento de una nueva acta de nacimiento.
Se establece que no se pedirán requisitos extras para la solicitud, como la acreditación de intervención quirúrgica alguna, terapias u otro diagnóstico o procedimiento de modificación corporal o de apariencia física, incluyendo la vestimenta, modo de hablar, modales, ni ninguna otra condición que dañe la dignidad humana.
FUNDAMENTOS
En la sesión de este jueves, los diputados reconocieron que esta ley no es un logro del Congreso, sino de la lucha que han sostenido desde hace una década activistas como Agnes Torres y organizaciones civiles.
Aunque la diputada Vianey García indicó que es una iniciativa que trabajaron desde hace dos años, cuando tomaron el cargo, reconoció que la discusión y votación en el pleno responde a los acuerdos firmados con activistas tras la toma pacífica del Congreso local, entre noviembre y diciembre pasados, para exigir la Ley Agnes y la interrupción legal del embarazo.
En el dictamen se toma como antecedentes la declaración de los Derechos Humanos, donde se establece, en su artículo 7, que todos los seres humanos somos iguales ante la ley y sin distinción, derecho a igual protección de la misma, determinando además que todos tienen derecho a la protección contra la discriminación.
Se agrega que, la Carta Magna señala en su artículo 1, párrafo 5, la prohibición de la discriminación que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos de las personas. De igual forma, dentro de su artículo 4, párrafo 8, se dispone que toda persona tiene derecho a la identidad.
Además, la Constitución Política del Estado de Puebla dispone, en su artículo 14, dice que garantizará los derechos a la personalidad, entre las que se ubican aquellos atributos y cualidades de la persona en su calidad de ser humano, entendiendo el libre desarrollo de la personalidad y la protección de la identidad, incluida la de género.
La diputada García Romero recordó que, de acuerdo con la Suprema Corte, el derecho al libre desarrollo de la personalidad es el reconocimiento del Estado sobre la facultad natural de toda persona a ser individualmente como quiera ser, sin coacción y sin controles injustificados.
Las diputadas proponentes reconocen en la iniciativa que, desde la reforma constitucional en 2011 en derechos humanos, los tratados internacionales suscritos por México tienen rango constitucional, “lo que implica obligaciones y deberes para todas las entidades federativas para la armonización del marco legal en derechos humanos y que, de persistir, mantendría al Congreso en responsabilidad internacional en términos del artículo 1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos”.
La aprobación de la Ley Agnes ocurrió finalmente en una sesión de siete horas, donde la audiencia alcanzó 170 personas conectadas, con mensajes a favor y en contra de la reforma.
La Coordinadora Feminista de Puebla felicitó “a todas las colectividades y personas trans que han luchado desde hace muchos años” y publicó “Agnes Vive con el hashtag #EsLey”.
¿QUÉ PASA CON LO DATOS?
La información de quien cambia su identidad será remitida como “reservada” a las autoridades federales y estatales en materia fiscal, educativa, de salud, seguridad social, procuración de justicia, a la Secretaría de Relaciones Exteriores, al Instituto Nacional Electoral, al Tribunal Superior de Justicia del Estado y otras pertinentes para efectos legales.
También se establecerá la reserva de la identidad primigenia o anterior, por lo que no se podrá publicar o expedir constancia alguna, salvo mandamiento judicial o petición ministerial.
El cambio de identidad de género no exime el cumplimiento de obligaciones contraídas con anterioridad, por lo que se dejan a salvo derechos o intereses de terceros, con ello se evita la evasión de responsabilidades.
Se establece como causa de nulidad absoluta el matrimonio y el ocultamiento al cónyuge del cambio de identidad de género autopercibida, se reconoce el derecho de toda persona a que se respete en la sociedad y en su familia su orientación sexual y su identidad.
REQUISITOS
Para solicitar la creación de una nueva acta nacimiento para cambiar la identidad autopercibida se debe:
Ser de nacionalidad mexicana y mayor de edad
Especificar el género y nombre solicitado
Presentar formato de solicitud, copia certificada del acta primaria
También original y copia de credencial vigente
Original y copia del comprobante de domicilio actualizado
“¡Sí se pudo! ¡Agnes vive!”
Esta vez no había manera de eludir el tema. Se habría requerido de algo catastrófico. Como versa el poema: “No hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se salde”… menos cuando la deuda lleva implícita la sangre.
Enlistado en el punto cuatro del orden del día –que en realidad es el primer punto a debate–, la discusión tardó siete horas, primero para aprobarla en lo general, después en lo particular, pero la Ley de Identidad de Género fue validada en Puebla.
Afuera del Congreso, que hoy es más que nunca un símbolo –en primera por la defensa de los derechos humanos y en segunda porque los diputados legislan a distancia por la pandemia de COVID-19– un grupo de personas trans están atónitas; felices, a tal grado, que lloran; recuerdan el costo de la defensa, de la lucha, de las marchas, de los gritos a favor y contra; también, de las humillaciones, del rechazo, las discriminación; y –claro– el del primer conflicto, el propio, con la familia y los amigos.
Así es como un hombre, que nació mujer, se cubre el rostro para plantarse frente al Congreso y exigir que se le reconozca como se autopercibe, mientras ve un monitor colocado en la calle para seguir la sesión virtual del Congreso local.
Una mujer, que nació hombre, carga la discriminación: le niegan un empleo o un título universitario, porque en su credencial de elector y acta de nacimiento sólo se registra el nombre y el sexo con el que nació.
En total, una docena de hombres y mujeres trans ocupaban la calle de la 5 Poniente, a unos metros de la Catedral, recordando a compañeros muertos en esta lucha, en especial a Agnes Torres, la activista torturada y asesinada en 2012.
Mientras ondeaban las banderas rosa, blanco y azul –día de contraste–reciben algunos insultos de los transeúntes: “Hay cosas más importantes”, “Ridículos”.
No importa. Ganaron. Los oídos se vuelven sordos, pero las cejas se levantan.
La votación en lo general y en lo particular, sobre cada reserva, fue seguida con detenimiento: aplausos con cada voto a favor, la rechifla y el grito “fuera” para los votos no favorables o en abstención.
Un minuto de silencio para la impulsora y, luego, el festejo: “¡Sí se pudo!”, “¡Agnes vive!”
En las puertas del Congreso local y en sus ventanas cuelgan las banderas del movimiento trans y –por supuesto- la música de Alaska y Dinarama suena, hay fiesta: “¿A quién le importa lo que yo haga, a quién le importa lo que yo diga? Yo soy así, así seguiré, nunca cambiaré”.