Entre el 16 de marzo y el 9 de agosto, justo en la pandemia por coronavirus, cada día fueron detectadas 25 personas en la entidad con acumulación anormal o excesiva de grasa, algo perjudicial para la salud ya que puede desencadenar diabetes, hipertensión y otros males, informó la Secretaría de Salud del gobierno federal.
La falta de espacios para hacer ejercicio, largas jornadas laborales sentados, una alimentación desequilibrada y la poca movilidad, fueron los factores principales que causaron sobrepeso en 3 mil 737 habitantes de la entidad durante el confinamiento sanitario.
El Boletín Epidemiológico de la dependencia federal precisa que de dicha cantidad: 62 por ciento, equivalente a 2 mil 334, fueron mujeres; mientras que 38 por ciento, es decir, mil 398 fueron hombres.
La obesidad afecta a seis de cada 10 personas en Puebla y, por ello, es uno de los principales factores de riesgo para quienes contrajeron coronavirus, junto con la diabetes, la hipertensión arterial y los problemas cardiacos.
FALLECIDOS POR COVID-19
En Puebla, tres de cada 10 pacientes que fallecieron debido a complicaciones por COVID-19 padecían obesidad, siendo la tercera enfermedad subyacente, por debajo de diabetes e hipertensión, en la entidad.
La Secretaría de Salud federal, hasta el 6 de octubre, contabilizó 4 mil 114 decesos, de ello 27.1 por ciento (mil 114) sufrían de gran sobrepeso.
Ello coloca a Puebla por arriba de la media nacional –hasta la fecha citada–, pues de los 80 mil 83 decesos por coronavirus, 17.88 por ciento tenían obesidad.
CUIDARSE EN CASA
María Hernández subió cinco kilos entre mayo y julio, mientras laboraba en casa.
En entrevista con Crónica Puebla La falta de movilidad, el cierre de las áreas deportivas a donde llevaba a sus hijos a hacer deporte y la ansiedad por la incertidumbre de perder su empleo –pues hubo recorte de personal donde trabaja– fueron los principales factores.
Explicó que el problema nunca fueron los hábitos alimenticios, porque su familia siempre cocinó en casa.
Sus pantalones empezaron a apretarle y a sus hijos empezaron a engordar un poco, lo cual al inicio pensó que era normal, porque dejaron de ir a la escuela y a la cancha de la colonia a jugar con otros niños.
María buscó la manera de que sus hijos empezaran a hacer ejercicio en casa, aunque fuera tres veces a la semana, por medio de videos en internet o de juegos, pero fue muy complicado por la rutina que tienen en la nueva normalidad.
Sostuvo que ya regresó a laborar a su oficina, por lo que cuando vuelve a casa ayuda a sus hijos con la tarea y busca actividad física con ellos, para que ella recupere su peso y sus hijos no sigan subiendo.
MALOS HÁBITOS SE REFORZARON
Lourdes Silva Fernández, directora de la Facultad de Nutrición de la UPAEP, indicó que durante el confinamiento sanitario se reforzaron algunos malos hábitos, como comer mal y mucho.
“El hecho de que la gente tenga la sensación que por el confinamiento está subiendo de peso puede ser cierto, porque tiene cerca la comida, todo está disponible y están comiendo de más, por ansiedad u otro factor, y sin hacer ejercicio”, comentó.
Sostuvo que muchas personas ponían de pretexto el ingerir comida chatarra en la calle por falta de tiempo para cocinar o para ir a comer a casa, pero ahora que estuvieron encerrados por el virus siguieron con esos hábitos gracias al servicio a domicilio.
La académica resaltó que sí cambió el tiempo que las personas pasaron sin moverse, pues al trabajar desde casa no tenían que desplazarse, ni dejar a sus hijos en la escuela, cuando para muchos era su único ejercicio al día.