La pobreza, desempleo y falta de apoyo social, que ha agravado la pandemia del COVID a nivel mundial, multiplica el riesgo de que mujeres, hombres, población migrante pero sobre todo niñas y niños caigan en las redes de grupos criminales que se dedican a la trata y explotación de personas quienes las secuestran con fines de explotación sexual, trabajo forzoso, actividades delictivas, mendicidad forzada o hasta extracción de órganos.
La proporción detectada de menores víctimas de trata se ha triplicado, mientras que la proporción de niños se ha multiplicado por cinco en los últimos 15 años y la crisis por el COVID impulsa y fomenta este delito, según el Informe Mundial sobre la Trata de Personas, presentado este martes la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés).
Las niñas son víctimas de trata principalmente con fines de explotación sexual, mientras que los niños son explotados con fines de trabajos forzosos. Una de cada tres víctimas de trata es un niño. Países de África Occidental, Asia Meridional y América Central y el Caribe presentan una proporción mucho mayor de niños entre el total de víctimas detectadas, según el Informe.
El documento muestra que los tratantes se aprovechan especialmente de quienes son más vulnerables, como las personas migrantes y sin empleo.
Es probable que la recesión causada por el COVID-19 exponga a más personas al riesgo de ser víctimas de trata, advierte
«Millones de mujeres, niñas, niños y hombres de todo el mundo se encuentran sin trabajo, sin escuela y sin apoyo social en la persistente crisis del COVID-19, lo que los expone a un mayor riesgo de trata de personas. Necesitamos acciones concretas para impedir que los tratantes se aprovechen de la pandemia para explotar a las personas vulnerables», alertó la Directora Ejecutiva de la UNODC, Ghada Waly.
En total, 50% de las víctimas de trata detectadas lo fueron con fines de explotación sexual; 38% con fines de trabajo forzoso; 6% fueron sometidas a actividades delictivas forzadas; 1% a la mendicidad forzada y un número menor, a contraer matrimonios forzados, extracción de órganos y otros fines.
Las víctimas son explotadas en una amplia gama de sectores económicos, especialmente en aquellos en los que el trabajo se realiza en condiciones de aislamiento, como la agricultura, la construcción, la pesca, la minería y el trabajo doméstico.
Los perfiles de las víctimas difieren según la forma de explotación. En 2018, la mayoría de las mujeres y las niñas detectadas fueron víctimas de trata con fines de explotación sexual; mientras que los hombres y los niños lo fueron principalmente con fines de trabajo forzoso.
La proporción de víctimas detectadas que fueron tratadas con fines de trabajo forzoso ha aumentado de forma constante durante más de una década.
LA CAZA DE NIÑAS Y NIÑOS
De acuerdo al informe, los s tratantes han incorporado la tecnología a su modelo de negocios en todas las fases del proceso, desde la captación hasta la explotación de las víctimas.
Muchos niños y niñas son abordados por los tratantes en las redes sociales, pues su deseo de aceptación, atención o amistad los vuelve un blanco fácil. (La Crónica de Hoy)