El oficio de peluquero tiene en México una historia singular; la explica el dueño de la mejor barbería de américa latina, ubicada en Tecamachalco
Mario Galeana
Desde las pelucas melenudas de la nobleza hasta las grecas y fades de los futbolistas, muchos cortes de cabello han pasado.
Ayer fue Día Internacional para celebrar a los peluqueros, estilistas y barberos del mundo como lo que son: artistas que en lugar de cincel trabajan al ritmo del peine, la tijera y la navaja.
La tradición apunta que ese fue el día en que fue canonizado el rey Luis IX, quien en vida elevó a su peluquero personal a la categoría de caballero, tanto por su oficio como por haber mostrado un coraje excepcional durante la Séptima Cruzada en Jerusalén.
Muchos cambios de look han sucedido a partir de entonces, pero los peluqueros del mundo han estado ahí siempre, dando testimonio de las tendencias, los usos y costumbres de cada época.
En el México contemporáneo, su sofisticación ocurrió hace relativamente pocos años. En 1952, una escena de la película “Si yo fuera diputado”, protagonizada por Mario Moreno “Cantinflas”, daba cuenta de cuán tortuoso podía llegar a ser un corte de cabello.
“La película muestra cómo era el barbero de esa época, cómo calentaban sus toallas con una vaporera y cómo se utilizaban máquinas manuales con las que, si el peluquero no tenía buen ritmo, podían atorarse y jalar el cabello. Como no había atomizadores, muchos tomaban buches de agua y hacían con la boca el efecto del atomizador”, dice Ezequiel Román González.
Ezequiel Román es heredero de una larga tradición: su padre, Cheque primero, lo instruyó en el oficio y desde los 13 se convirtió en peluquero titular. A partir de 2015, Ezequiel se convirtió en barbero. Y en 2022 su establecimiento, la Sanro Barber Company, en Tecamachalco, ganó el premio a la mejor barbería de América Latina.
Para empezar, habría que diferenciar precisamente eso: quién es un peluquero, quién un barbero y quién un estilista.
“Por definición, un barbero es quien corta el cabello, arregla la barba y aplica tratamiento facial a una persona, pero exclusivamente a hombres. El peluquero es para ambos, un arreglo de cabello para hombres y mujeres. Un estilista, como su nombre lo sugiere, es alguien que trabaja con el estilo, que puede cortar el cabello tanto a hombres como a mujeres, pero que no trabaja barbas”, define.

DIME QUÉ CORTE TIENES Y TE DIRÉ EN QUÉ AÑO NACISTE
Hacia los años 50, las barberías eran como los santuarios del hombre.
“Incluso se podían llegar a leer revistas para caballeros y el hecho de que entrara una mujer era una falta de respeto a su espacio. Pero hoy en día, claro, hay mamás que entran a las barberías a dejar a sus hijos e incluso hay mujeres barberas”.
Ezequiel Román ha creado una academia de barbería en la que, en ocasiones, las generaciones de estudiantes están pobladas en un 70% por mujeres.
Sin embargo, hacia la década de los años sesenta las barberías entraron en declive. El estruendo del rock se había colado hasta sus sillones y espejos, las largas cabelleras se convirtieron en moda. Y, con ello, las barberías comenzaron a ser espacios anticuados para las juventudes.
Así se erigieron los otros grandes centros de arte para el cabello: las estéticas.
“Cuando llegan los Beatles, ahí comienza el declive de las barberías. Cuando la gente preguntaba quién le cortaba el cabello, nunca decían el peluquero o el barbero. Decían la o el estilista. Pensaban que ir con el peluquero o el barbero ya era poco elegante”, apunta.
Quizá la crisis de las peluquerías se agudizó a partir de los años ochenta del siglo pasado y, para los noventa, cuando Ezequiel hizo su debut, estaban prácticamente extintas.
Lo peor es que el trabajo se había malbaratado hasta niveles críticos: “Nosotros en Tecamachalco cobrábamos 20 pesos el corte (el equivalente a unos 100 pesos actuales, aproximadamente), y de pronto llegaron unos peluqueros que cobraban cinco pesos, imagínate. Así era muy limitado el crecimiento de las peluquerías”.
Por esos años, los principales cortes eran los honguitos. Ezequiel, que ya cortaba el cabello a niños a los que llevaba apenas unos cuantos años, llegó a hacer decenas de aquellos cortes.
La moda acabó casi al finalizar aquella década, cuando algún futbolista comenzó a usar un corte hacia adelante, extremadamente corto de los lados, pero sin llegar al fade o al desvanecimiento actual.
Eso revela otra cosa: la moda en el cabello para hombres ha estado regida o por el campo del futbol o por la tarima de un escenario.

EL AUGE DE LAS BARBERÍAS Y LA CORRIENTE URBANA
El soplo de vida llegó a partir del 2010, con la nueva tendencia hípster. Por todos lados circulaban rostros con gafas de armazón, bigotes ingleses y largas y abultadas barbas. Y por todos lados, también, comenzaron a abrir nuevas barberías, algunas con el estilo vintage de los sesentas y otras con toques industriales.
Ahora, Ezequiel observa dos grandes tendencias: la barbería clásica y la urbana, que se enfoca en fades y formas estilizadas en la barba y el cabello, similares a las que alguna vez usó Bad Bunny, con grecas por toda la cabeza.
En todo caso, las barberías urbanas corresponden a un público más joven: los barberos son chicos en sus veintes y los clientes también.
“El estilo de la barbería urbana tiende mucho a cortes con desvanecidos, que son los famosos fade. Pienso que hay para todo tipo de públicos y que seguramente hay muchos profesionistas que trabajan en empresas y que no pueden llegar a sus trabajos con grecas en la cabeza”, dice Ezequiel.
Lo que comparten tanto la escuela clásica como la urbana es que pueden aplicar tratamientos para la piel, la barba y el cabello a sus clientes, algo que parecería impensable en los santuarios masculinos de los años cincuenta.
La cosmética masculina se ha ampliado en las repisas de los peluqueros: si antes sólo se ocupaba gel o brillantina, ahora pueden usarse bálsamos o aceites para dar suavidad al rostro.
“En aquel entonces no se aplicaba mascarilla o se exfoliaba a los hombres, porque les daba pena o iba en contra de sus servicios. Pero eso ha cambiado. Nosotros, por ejemplo, tenemos un paquete llamado full service: corte de cabello, arreglo de barba, exfoliación, mascarilla de carbón, bigote y perfilado de ceja. Antes eso sería impensable”, dice el barbero especialista.
Al margen del trajín de todas esas épocas, Ezequiel González considera que es importante que los peluqueros, barberos y estilistas valoren su trabajo. Doce horas de pie, con la espalda mullida y las plantas de los pies ardiendo, bien deben valerlo.
“Una de las cosas que me inspiraron a abrir la escuela de barbería en 2016, es justamente enseñar a que inviertan su dinero en cosas de calidad para que el servicio sea de calidad. Pero también a no malbaratar el trabajo, a pensar en lo importante que es un buen corte de cabello o una buena barba”.

AÑEJA COSTUMBRE
Treatwell, comunidad europea de profesionales de la belleza, indica que:
- 5000 a. C., cosa de nobles
Las clases altas egipcias acostumbraban a arreglarse cabello y vello facial. Se usaban pedernal afilado y conchas de ostra - Edad Media, doble oficio
Quienes ofrecían servicios de afeitado eran barberos-cirujanos porque también curaban heridas, sacaban muelas y hacían extracciones y tratamientos quirúrgicos - Año 1096, agrupamiento
Se constituyó la primera organización de barberos-cirujanos en Francia - En 1300, la separación
A partir de ese año, en Inglaterra se dividieron las funciones de los barberos, unos para dedicarse al oficio y otros para especializarse en cirugías - La primera ley, en 1450
Con fines de higiene, se prohibió que durante cirugías se realizara barbería. Se ordenó que los barberos dedicados a peluquería sólo hicieran extracción dental, en casos de emergencia - Nace el sello en 1745
En 1745 se delimitaron las funciones de barberos y cirujanos. Se ordenó que los primeros colocaran el poste tricolor que prevalece hoy: rojo=sangre, blanco=vendas, azul=venas - Esclavitud, siglo XVIII
La moda para los hombres adinerados era el afeite total y peluca, para los más ricos. Los dueños de esclavos especializaban a algunos para que fueran sus barberos particulares - Inicio del siglo XIX
Al llegar a EU inmigrantes suecos, holandeses, alemanes e italianos, los saberes del barbero cobraron importancia y aumentó la demanda de servicios profesionales - Guerra de Secesión en EU, 1861-1865
Durante este conflicto, los hombres antiesclavistas dejaban crecer la barba como símbolo de masculinidad, por solidaridad entre soldados y para diferenciarse de los secesionistas, siempre afeitados - El auge, 1865
Tras la guerra, las barberías fueron los puntos de encuentro social para los varones. La barbería se consolidó como institución. Incluso ahí se discutía de política - Asociación, 1886
El 6 de diciembre se formó el Sindicato de Protección de Barberos en Columbus, Ohio que el 5 de diciembre siguiente se convierte en Asociación Internacional de Barberos - Enseñanza formal 1893
Sr. Arthur Bass Moler fundó la primera escuela de barbería del mundo en la ciudad de Chicago y publicó “The Barber’s Manual”, con técnicas y métodos - 1897, salud pública
Se expidieron licencias para acreditar a maestros barberos, iniciaron inspecciones sanitarias y por ellas se controlaron el ántrax y la tiña - Atención a mujeres, 1915
La bailarina Irene Castle populariza el corte bob en EU para mujeres; los barberos aprendieron a realizarlo ante la demanda creciente - Obligación, 1918
Durante la Primera Guerra Mundial, la higiene y el afeitado se hicieron indispensables para evitar piojos y ajustar máscaras antigás. Los barberos fueron reclutados en servicio militar - Pelo largo, moda desde 1960
Gracias a The Beatles, cambió la estética masculina. Y el movimiento hippie extendió la longitud de las cabelleras una década más - Años 2000
Volvió con fuerza el uso de la barba y se puso de moda el cuidado varonil de rostro y cabello