Dulce Liz Moreno
Si el Popocatépetl aumenta su actividad, registrará erupciones de diferentes materiales con distintos niveles de daño a las poblaciones más cercanas. Por ello, las vías de desalojo son clave.
En ello coinciden el ingeniero geólogo Delfino Hernández Láscares y el físico Alejandro Rivera, al subrayar que a la supervisión del estado de las vías se debe agregar el alistamiento del plan de desalojo de emergencia.
La emisión puede ser de piroclásticos, mezclas de gases volcánicos, agua, ceniza y otras partes sólidas que forman avalanchas, indicó Hernández Láscares, experto también en protección civil.
Si esos materiales se expularan a altas temperaturas, afectarían campos de cultivo, flora y fauna, primero, y edificaciones de las comunidades cercanas al cráter, agregó.
En erupción, dijo, hay materiales sólidos mezclados con gases y líquidos volcánicos arrojados a velocidades de cientos de kilómetros por hora que son peligrosos como proyectiles y los gases se extenderían en fumarolas.
Antes terracería y vías muy estrechas
En los 90, ni siquiera se podía dar vuelta en U, atestiguaron académicos y autoridades.
Desorganización total en 1994
El Cupreder de la BUAP documenta que durante el despertar del volcán a partir del 21 de diciembre de aquel año, el caos de la evacuación habría generado una catástrofe, de haber sido peores las explosiones ocurridas.