Ala crisis de salud, de inseguridad y económica, poblanos han tenido que sumar la inestabilidad laboral en medio de la peor pandemia de lo que va del siglo XXI.
Un total de mil 69 trabajadores denunciaron ante las autoridades estatales haber sido despedidos de sus empleos formales o informales de manera injustificada y sin recibir la correspondiente liquidación o indemnización conforme a la ley. En algunos casos, incluso, el patrón ni siquiera les pagó el sueldo o sueldos pendientes.
Los expedientes serán materia de análisis de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje.
Cifras de la Secretaría del Trabajo (ST) del gobierno del estado señalan que, del 23 de marzo al 6 de junio, 2 mil 674 trabajadores presentaron algún tipo de denuncia o queja, el 40% por despido en los peores días de la contingencia por COVID-19.
Desde el inicio de la pandemia, la dependencia, que incluso tuvo que habilitar números de WhatsApp y Telegram para atender a los agraviados por empresas o industrias de todo giro, ha recibido 599 reportes de trabajadores que, si bien lograron conservar el empleo, resultaron afectados en sus salarios y prestaciones, mismos que fueron recortados a la mitad o menos.
Paralelamente, alrededor de 160 denunciaron ante la ST que sus patrones los mantenían laborando a pesar de pertenecer a grupos vulnerables: enfermos crónicos, adultos mayores o embarazadas. El resto de los reportes fueron solicitudes de orientación o asesoría.
Especialistas advirtieron a Crónica Puebla que lo peor vendrá al finalizar la contingencia por coronavirus. Miles estarán sin empleo y pasarán muchos meses –si no es que años– intentando encontrar uno nuevo al tiempo que estarán litigando sus reclamos ante los tribunales laborales, saturados y con rezago histórico.
Si su asunto lo lleva un abogado y este gana el caso, cobrará entre el 20% y 30% del pago o indemnización.
“La justicia laboral tiene décadas colapsada y así seguirá”, dice Gilberto Chávez, coordinador de Comisión de Trabajo del Colegio de Abogados de México.