Por: Jesús Peña
En Puebla, 8% de las personas privadas de su libertad lo están por delitos relacionados con drogas; sin embargo, en el caso específico del Cereso ubicado en la capital, ocho de cada 10 reos sufren una adicción a sustancias psicotrópicas y estupefacientes.
Ayer, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) presentó datos sobre los delitos relacionados con narcóticos, con motivo del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico de Drogas, que se conmemorará mañana.
A nivel nacional, entre 2010 y 2020, el porcentaje de delitos relacionados con drogas de quienes ingresaron a centros penitenciarios aumentó de 12.2% a 19.2% en el caso de los hombres, mientras que las mujeres pasaron de 13% a 26%.
Durante 2020, de estos presos, a 61.1 % se le imputó formalmente el cargo de narcomenudeo y a 38.9 % el de delitos contra la salud.
En la entidad poblana, 8% de la población privada de su libertad lo está por cargos relacionados con la portación, distribución, venta o tráfico de drogas, lejos de los primeros lugares nacionales, que son Sinaloa (28.7%), Chihuahua (26.9%) y Durango (26.3%).
PÚBLICO CAUTIVO
Lo grave es el consumo de narcóticos que hay dentro de las prisiones, pues literalmente se trata de un “público cautivo”, con distribuidores que “llegan” dispuestos a surtirle.
Específicamente en Puebla, Inegi hace el reporte sobre tres centros penitenciaros ubicados en la capital, Tepexi de Rodríguez y Ciudad Serdán.
En el caso de San Miguel, ubicado en la Angelópolis, reporta que hay 4 mil 672 personas privadas de la libertad, de las cuales 4 mil 250 son hombres y 422 son mujeres.
De los varones, 3 mil 493 son adictos a alguna sustancia psicotrópica; es decir, 82%. En la población femenil hay 236 adictas, que representan 56%.
En tanto, en el de Tepexi de Rodríguez hay 715 detenidos, todos hombres, y de ellos 80 (11%) consumen drogas.
Por último, en el de Ciudad Serdán hay 292 reos, 244 hombres y 48 mujeres, 189 (161 hombres y 28 mujeres) padecen adicción, equivalente a 64%.
En total, de estos tres centros penitenciarios, la población general es de 5 mil 679 personas, de las cuales 3 mil 998 consumen sustancias psicotrópicas; es decir, siete de cada 10.
Como parte de la Estrategia Hemisférica sobre Drogas, los estados –entre ellos México– se comprometen a dar servicios de prevención y tratamiento de consumo de narcóticos a las personas privadas de la libertad. No obstante, Inegi reporta que 39.7% de los recluidos señalan consumir tabaco en las prisiones, 12.1% fuma marihuana, 2.7% bebe alcohol, 2.5% inhala cocaína, 1.4% ingiere anfetaminas y metanfetaminas, 0.8% se inyecta heroína y 2.3% tiene acceso a otras drogas.
El caso del bebé Tadeo, cuyo cuerpo fue exhumado ilegalmente en Ciudad de México y encontrado en el penal de San Miguel, en la capital poblana, provocó una serie de medidas para acabar con lo que el gobernador Miguel Barbosa Huerta llamó “autogobierno” en la prisión.
“Estamos limpiando profundamente los reclusorios del estado. Los traslados no solamente son de reos de San Miguel”, señaló en su videoconferencia del 22 de marzo, al confirmar que los esfuerzos continúan