El mandatario estatal, Miguel Barbosa Huerta señaló que el espionaje se convirtió en una práctica nacional y Puebla no fue la excepción.
Comentó que esta actividad se ha dado a lo largo de la vida política del país y se ha presentado tanto a nivel federal como estatal.
Refirió que en Puebla muchso gobernantes y gente del poder cayeron en la tentación de espiar, desde los cables, personas que seguían a los objetivos, hasta el acuerdo de empresas de tecnología y comunicaciones, quienes también se involucraron en ello.
Puso como caso el municipio de Tepexi, donde se filtraron las sábanas de datos y desde donde se podía seguir la comunicación de los números en los cuales se estuviera interesado.
Incluso recalcó que en algún momento sirvió a las personas del poder para someter y tener controlados a diversos actores de la vida del estado, como empresarios.
«El espionaje es una práctica delincuencial y la autoridad debe actuar, que detenga a los propietarios de esas empresas; no sólo los gobiernos y ellos tienen acceso a este equipo, sino también la delincuencia organizada… el espionaje siempre ha existido y en Puebla siempre ha existió», concluyó.